salvar un plato salado
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Redacción

Trucos para salvar un plato demasiado salado

Si tu creación culinaria se ha pasado de sal, no te rindas. Aquí tienes unos cuántos trucos para intentar, a la desesperada, salvar el plato.

Puertas toda la mañana a la cocina. Estás preparando aquel guiso tan especial que será todo un éxito en la comida de celebración con los amigos. La ilusión ha crecido a medida que pasaban las horas y aquella fabulosa creación culinaria iba cogiendo forma y color. Ya sólo quedan los últimos detalles mientras el timbre va sonando y llegan los amigos (seis o menos para ir bien). Coges la cuchara, pruebas la fastuosa obra de arte gastronómica y, oh sorprendida, te ha quedado salada. Todo aquello que era de color rosa se transforma en una nebulosa de rabia y frustración. Se confirma que no eres Ferran Adrià ni Carme Ruscalleda. Pero no! No lo eches todo a la pica... con un poco de suerte todavía lo podremos salvar.

A las sopas y a los guisos caldosos o con salsa, un gotet de gaseosa podría corregir el exceso de sal. Si estamos haciendo un guiso con poca salsa, como por ejemplo una minestra, el pan podría solucionarnos el problema. Probamos de ponerlo dentro del guiso, lo rociamos con un poco de agua y dejamos cocinar unos minutos hasta que el pan chupe el caldo sobrante. Y quizás suena la flauta.

El truco de la patata es más clásico. Partimos una patata mediana por la mitad (también depende de la cantidad de comer) y la dejamos cocer unos 15 minutos al plato. Si se trata de una crema, podemos poner la patata cocida y hecha puré directamente. A veces también resulta eficaz poner un rayo de nata.

Si se trata de un arroz, puedes probar de rociarlo con un poco de zumo de limón. Su acidez ayudará a compensar el exceso de sal, además de darle un toque interesante. Y siempre puedes hacer ver que el detalle ya formaba parte de la idea originaria del plato... Cuando se nos ha escapado de las manos con la ensalada, podemos añadirle un toque dulce para compensar, bien sea miel, azúcar moreno, vinagre de Módena o mermelada. Para rectificar las vinagretas, puedes utilizar hierbas aromáticas, también miel o zumo de naranja.

Bien, sólo son cuatro trucos para intentar salvar el drama culinario generado por un exceso de sal que, de alta banda, ya sabes que no es nada adecuado incluir a la dieta en cantidades ingentes. Sea como fuere, si ninguno de estas soluciones hace efecto, siempre puedes reconocer que la majestuosa creación gastronómica tendrá que aplazarse por el día que los astros te sonrían. Coges el móvil y pides unas pizzas.

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