Tres postres de helado "enriquecidos" con gotas
Tres postres de helado "enriquecidos" con gotas

Tres postres de helado "enriquecidos" con gotas

El tobago, el coronel y el catalanet: tres postres de cucharilla y sorbo

La asociación del verano y los helados o granizados es obvia y no hay que malgastar ninguna línea al explicarla ni justificarla. Hace calor, hace mucho calor e incluso las personas insensibles y fredoliques tienen que callar cuando se acerca la canícula. El calor sofoca y un buen helado repara. No cura pero palia. Engordan (alerta) pero de vez en cuando caen.

De helados hay los de siempre, de heladería . También los que compramos para comer en casa, en tarrinas. De un gusto. O de un diseño. El cucurucho tal, que la casa cual ha hecho este año con una innovación determinada. El juego de cremosos o de fruta, el contrapunto del chocolate. Azúcares. También los que son sin azúcar pero engañan la lengua y el espíritu. O los sorbetes, frescos. O los yogures helados. Un mundo aparte  Y hay los helados combinados o quizás más bien dicho: los helados enriquecidos. Helados combinados, con alguna cosita. Obviamente podemos ir al mundo del gusto (helado con chocolate deshecho o sólida) o la textura (helado con galleta, helado con crocant) pero hoy repasaremos tres helados más literalmente enriquecidos. Concretamente con alcohol. O, cómo siempre se ha dicho: con gotas.

Viva las gotas!

El concepto de "unas gotas" es sensacional porque es básicamente inexacto y deja toda la libertad interpretativa del mundo. "Unas gotas" pueden ser el alma de un café al devenir carajillo o trifásico, unas gotas puede ser el toque preciso de whisky sobre la tarta homónima o unas gotas puede ser el repunte de una combinación o cóctel: "aquí faltan unas gotas". Unas gotas es cómo una pizca, o un puñado, o un toque: medidas exactamente personales que significa un poco pero no mucho, a pesar de que siempre se puede ser alocado. De hecho, las gotas de destilado siempre son, en esencia, señores chorritos y raramente pasan de algunos segundos de cantiduvi dándole alegría a la propuesta.

En verano, en una señora comida o cena, si se tercia hacer fiesta gorda. Ir a por los postres de helados enriquecidos con gotas nos puede asegurar un buen rato posterior y lamerse los dedos del gusto, hasta el punto de herir el vidrio de tanta fruición al quererlas fregarlas todas, las gotas.

Tres propuestas de postres

El Coronel

  • Sorbete de limón y vodka

Simple y campeón por él suele, y con el punto refrescante que siempre aporta el sorbete más conocido de todos. Esto nos permite que prácticamente lo podamos improvitzar. Cómo en el resto, es tan fácil como posar ración generosa de helado y rajolí al gusto de vodka. Podemos remover un poco para incentivar la mezcla, que no se quedará inmaculada tipo emulsión pero si bastante repartido porque prácticamente nos lo podamos tomar al trago. El coronel, por el limón y la frescura, sirve perfectamente como remado de una comida copiosa, como postre de hacer ir abajo. Hace de buen repetir, ten cura.

El catalanet combina molt bé

El catalanet

El Catalanet

  • Helado de turrón con ratafia

Madre de dios señor cómo de bien que ligan uno y otra cosa. El nombre no se sabe muy bien de donde viene, pero incluso se comercializa alguna variedad añadiendo directamente un carquinyoli (para hacerlo todavía más partícipe de la catalana cosa) o un barquillo. Obviamente estamos hablando de un postre dulce del que no podemos abusar. Aún así, los dos marrones de uno y otro ingrediente se mezclan de forma regalimosa e incluso sensual cuando miramos de aplastar y mezclar con la cucharilla. Importante combinar bien. Es goloso y puede ser peligroso como siempre que tendemos al dulce sin perder grado.

tobago

Viva el tobago!

El Tobago

  • Helado de vainilla, zumo de naranja y ron

La denominación es muy bien un mataronisme y aparece todavía en cartas de postres de los restaurantes de la zona. El tobago permite que una mezcla de aquella que a priori te podría echar atrás por incoherente como la del helado de vainilla y el zumo de naranja (cómo siempre, mejor si uno y otro son buenos y naturales) te fascine. Se puede tomar tal cual pero al Tobago añadimos romo blanco. Alguna noche sin suministro, el rajolí ha estado de vodka y también ha hecho el hecho. Otro golpe a jugar y a mezclar y el postre es buenísimo, combina dulzura, acidez y toque de alcohol y son unos postres geniales. A Valencia lo hacen con Cointreau. Y dicen que también es bueno, che!

 

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