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El Día del Gofre: un dulce sensacional con siglos de historia

El 25 de marzo es el día que se consagra a un dulce con una historia que pasa por la antigua Grecia, Francia, Bélgica, los Países Bajos y los Estados Unidos

El gofre se ha ganado con merecimiento la gran fama que tiene y que lo convierte en uno de los dulces más apreciados, queridos y reverenciats. Conviene citarlo en el 25 de marzo, Día Internacional del Gofre. Gofres a las ferias, gofres el fin de semana, gofres por una cita, gofres por una confidencia, gofres para resolver una crisis. La vida de mucha gente tiene puntos de inflexión alrededor de un gofre pero… el que no se conoce tanto es su historia..

El gofre se asocia a Bélgica, a pesar de que se ha popularizado precisamente de la cultura americana donde a menudo se lo denomina "gofre belga". Si nos ceñimos a Europa, es a Brusel·les o a Ljeja donde podemos asociar esta pasta extremadamente golosa, muy dulce, un apoyo cómo de galleta blanda sobre el que se aplica todavía más condimento calòricament pecaminós.

La historia del gofre, estirándola mucho, se puede situar incluso a la antigua Grecia. Los griegos preparaban obelios (ὀβελίας),, unos pasteles muy finos hechos con una demasiada que se cocinaban entre dos placas calientes de metal. Podríamos decir que estos dulces son los antepasados de los gofres. Más tarde, en la Edad mediana, estos pasteles pasaron a enrollarse y a rellenarse cómo si fueran conos. Y por aquí emparentan con las creps.

El siglo XIII

En el siglo XIII, un artesano diseñó unas nuevas placas con ondulaciones similares —llamadas gaufres en francés— a las de un panel de miel, que es el que se asemeja a la forma del gofre de hoy en día. Con el tiempo, esta receta ha ido variante según los diferentes países y culturas.

Sin embargo, los gofres con más éxito son aquellos que provienen de los Estados Unidos. Los emigrantes que llegaron a los EE.UU. llevaron con ellos la receta del wafel neerlandés (que derivó en waffle en inglés). El 1789, Thomas Jefferson volvió de Francia con la plancha de gofres que conocemos hoy en día. Sin embargo, el belga Maurice Vermersch fue quién posó de moda servirlos acompañados otros ingredientes dulces (nata, jarabe, chocolate, etc.) el 1960. Esta idea disfrutó de tanto de éxito que llegó hasta los Estados Unidos. Nueva York, Manhattan… y de aquí al estrellat y la popularidad del "gofre belga".

En el Día del Gofre, mientras jóvenes y no tanto jóvenes se deleixen de este dulce (igual que cada 30 de enero hay que comer cruasanes) podemos mirar atrás en la historia y ver cómo alrededor de este dulce hay una lección de interculturalidad que viene de Grecia y pasa por los Países Bajos, Francia, Bélgica y los Estados Unidos de América. Y a partir de aquí a todos los confins del mundo.

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