Moisès Campdepadrós, propietario de una de las mejores cervecerías, The Drunk Monk
Moisès Campdepadrós, propietario de una de las mejores cervecerías, The Drunk Monk

Una de las mejores cervecerías del mundo está en Mataró

The Drunk Monk, en la Vía Europa, se acerca a las dos décadas de vida consagrado cómo un templo cervecero reconocido internacionalmente

Mataró tiene tendencia a esconder demasiado a sus tesoros. O, dicho de otro modo, a no hacer suficiente ostentación, cómo si no se pudiera presumir en exceso de tener el mejor conjunto barroco de Cataluña, o la primera obra de Gaudí, o un frente marítimo por el que todas las ciudades de la corona metropolitana darían mucho a cambio. O, aunque sea en un ámbito muy diferente, disponer de una de las mejores cervecerías del mundo. Sí, de todo el mundo, puesto que así lo han acreditado en varias ocasiones los expertos en la materia.

Hablamos de The Drunk Monk, una taberna con casi 20 años de trayectoria, situada a tocar de la plaza Granollers en rincón tranquilo y un poco escondido (lo que os decíamos). Una ubicación que pasa desapercibida, que no es de paso, que se ofrece con una timidez que no se corresponde con el que es: un templo de renombre internacional para los amantes de la cerveza. Los usuarios del portal Ratebeer la escogieron como mejor cervecería del mundo en 2011 y desde entonces ha ido apareciendo año tras año en la lista.

The Drunk Monk

Dos pintas servidas en The Drunk Monk

Drunk Monk fue pionera en el Estado en la apuesta por la cerveza artesanal

Moisès Campdepadrós es desde hace 8 años el propietario de la cervecería, que heredó de Sven Bosch, su fundador. De origen belga, Bosch es toda una leyenda en el ámbito cervecero. Abrió el establecimiento en 2001, en su actual ubicación de Vía Europa, pero cómo un bar tipo granja denominado Central Parc. Pronto, sin embargo, Bosch derivar el negocio hacia su verdadera pasión, que en Bélgica es religión: la cerveza artesana de calidad. El establecimiento pasó a llamarse The Drunk Monk (el monje borracho), se decoró cómo una auténtica taberna belga y empezó a servir cervezas que no se encontraban casi en ninguna parte más del Estado.

The Drunk Monk

El espíritu belga se puede encontrar en cada rincón del establecimiento

"Sven fue todo un pionero, apostando por la cerveza elaborada de forma artesanal, que no proviniera de las grandes cerveceras industriales", recuerda Campdepadrós, que antes de ser propietario había sido cliente habitual del Drunk Monk. En aquellos años era uno de los pocos lugares donde poder degustar cervezas belgas de abadía, como por ejemplo las trapistes, o las IPA hoy tan de moda, o las primeras cervezas artesanas que pequeños productores catalanes empezaban a elaborar, y que hoy son omnipresentes. La popularidad de la cervecería entre el público 'connoisseur' fue subiendo cómo la espuma (chiste tan barato cómo inevitable) hasta que al 2011 llegó el gran reconocimiento por parte de la comunidad internauta mundial.

La taberna mataronina es parada obligatoria para los forofos de la cerveza de todas partes

Pero cómo se explica este triunfo a nivel planetario? "Hay que tener presente que existe toda una cultura alrededor del mundo de la cerveza, formada por consumidores que se mueven en todo el mundo para encontrar lugares cómo el Drunk Monk", explica Campdepadrós. Desde hace muchos años es habitual que el local mataroní acoja clientela de procedencias muy variadas, que se dejan caer por Mataró con el único objetivo de probar una de las 500 o 600 referencias que suele tener a la carta, y disfrutar de un ambiente plenamente cervecero.

The Drunk Monk

Vista de la Taberna, presidida por una bandera Belga

Debido a la pandemia y las restricciones, la carta del Drunk Monk se ha visto reducida puesto que resulta imposible mantener stocks tan elevados como antes, pero sigue siendo de una extensión muy considerable, presidida siempre por los 15 barriles en rotación permanente con especialidades de todo tipo. Una oferta que se completa con propuestas de comer sencillas pero sabrosas, que incluyen embutidos y quesos belgas; y con las ya legendarias catas que organiza el establecimiento, pensados para grupos, y que permiten probar cervezas muy exclusivas o de temporada.

The Drunk Monk

The Drunk Monk también tiene propuestas gastronómicas como por ejemplo quesos belgas

El reto es ofrecer las cervezas de mejor calidad y las especialidades más en boga

El espíritu se ha mantenido desde que, en 2013, Campdepadrós cogió el relevo, una vez Bosch decidió que Mataró le había quedado pequeña y se trasladó a Barcelona para abrir la cervecería BierCaB, en la calle Muntaner. Campdepadrós lo hizo con el objetivo de mantener al 100 % el espíritu del local. Y así ha seguido hasta hoy, sobreviviendo a una pandemia que ha sido especialmente dura con la restauración y la hostelería. "Una vez estás detrás la barra te das cuenta que no es fácil de llevar, todo esto", reconoce Campdepadrós, obsesionado con seguir llevando a su taberna las mejores cervezas del mundo, las más innovadoras, las más especiales, aunque no tengan distribuidora establecida a España o aunque sus creadores sean pequeñísimas productos artesanales.

La taberna no sirve ni vino ni café, ni cervezas de grandes marcas industriales

The Drunk Monk no es un pub cualquiera, y lo dejan claro desde la entrada, donde cuelga un cartel que reza "Somos una taberna de cultura cervesera". En este sentido, hace pocas concesiones: de cervezas se pueden encontrar centenares de variedades, pero no se sirve vino, ni café, ni infusiones (tan solo algunos refrescos por si se va con los niños), y tampoco cervezas de grandes marcas industriales que se pueden encontrar en cualquier otro bar. "Esto no todo el mundo lo entiende, y a menudo nos encontramos en la tesitura de tener que dar explicaciones a algunos clientes que en realidad no tendríamos que dar", lamenta Campdepadrós. Algo que contrasta con una parroquia local nutrida y muy agradecida de disponer de un local tan especial como este cerca de casa, y de las expediciones todavía numerosas de visitantes de todas partes que quieren descubrir de primera mano un local ya legendario en el mundo cervecero del país.

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