Un instante de la Escapada a Negra Noche. Fotos: R. Gallofré
Un instante de la Escapada a Negra Noche. Fotos: R. Gallofré

Todo listo por Les Santes, la cumbre del calendario

Mataró y los mataronins están preparados para volver a vivir el ritual idiosincrásico de su Fiesta Mayor, los días de más sentimiento local de todo el año

La sequía obliga a restringir agua: no hay Ruixada

Si el calendario común de los mataronins fuera cómo un recorrido circular de 365 días, de todo un año, y lo tuviéramos que representar con una altimetría cómo las de las etapas del Tour de Francia no hay ningún tipo de duda de qué fechas se elevarían por encima de todo el resto, de cuál sería la cumbre, de qué semana sería de categoría especial. Y es donde llegamos, plegados, a partir de este fin de semana. Son Les Santes, la Fiesta Mayor. Cuándo Mataró se siente más Mataró, cuando toda la ciudad hierve y no solo del calor que hace.

Mataró lleva más de la mitad del 2023 andado y llegados a este punto ya sabe el que le toca. la cumbre de su calendario. Es llegar y hacer el que corresponde cuando estás más arriba que cabe otro momento: disfrutar de las alturas, notar brisas que el resto del año no tienes, aprovechar los paisajes únicos de calles llenas de gentes y de fiesta y respirar bien fondo por cuando toque bajar, para tener cuerda hasta las del año que viene. Mataró es en aquel punto que la barriga hace cuques, que las camisetas se agotan, que todo empieza a posarse a punto y que en paralelo al bochorno asifixant de la canícula se acontece en los espacios comunes de ciudad unas ganas especiales de compartir la calle y hacer gresca, cada cual cómo quiera y pueda.


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Son unas Santes especiales, estas. Todas tienen adjetivos y notas a pie de página. Nombres propios cómo los de los cumpleaños que se celebran. Como por ejemplo los 175 años de la Misa de las Santes que, este año, celebra la efeméride con una edición con récord de cantaires. También son las decenas Dissantes y hay que aferrarse con sonreír encomanadís de en Santi y a la potencia de su 'Yo soy cómo tú' para seguir haciendo la fiesta ancha y diversa. Hace 25 años Biada, el enano del ferrocarril sobre el cráneo. Y hace 40 años la Nit Boja, que es el mismo que decir que hace cuatro décadas que empezamos el hechizo por el cual los mataronins, cuando sentimos El Bequetero, latimos a 15 compases y bombagem sentimiento local por todo nuestro organismo.

Desvetllament. Foto: R.Gallofré
El Desvetllament Bellugós hace 40 años Jodo: R.Gallofré


Las Santas también de la añoranza

Precisamente, también, porque hay que saber que todo el ritual que prácticamente calcamos de año en año no nos viene de historias remotas, también serán unas Santas especiales para ser las primeras sin una de las personas clave de la innovación festiva de la Fiesta Mayor que tenemos. Unas Santas para celebrar y también para recordar colectivamente con agradecimiento a Lluís Hugas, del mismo modo que cada 25 de julio contamos los que somos de nuevo a casa y añoramos los que ya no están.

Unas Santes de presupuesto menor, unas Santes sin agua porque la sequía es grave y hay que predicar con el ejemplo, unas Santas más inclusivas y también con mar de fondo por la mutación del antiguo modelo participativo de organización, que el Ayuntamiento hace cotizar a la baja. Son Les Santes la expresión más genuina de la 'mataronitat', si es que este concepto existe y puede construirse. Son pocos días que representan mucho, elementos primarios y músicas modernas, petardos, gralles, flabiols, The Tyets y sardanas sin cotis. Es el de siempre y es para todo el mundo. Que empiece el que merece la pena. Mataronins y mataronines: hemos hecho la cumbre.

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