La obra "olvidada" de la madre de Antoni Clavé, en primicia

La Fundación Palau de Caldes d'Estrac acoge hasta el mes de septiembre la primera exposición retrospectiva dedicada a la artista Maria Sanmartí, madre del pintor Antoni Clavé. Sanmartí descubrió su vocación fruto de la casualidad, haciendo un dibujo para su nieto cuando estaban en el exilio, en París, y cuando ya había cumplido los 60 años. Estuvo en activo poco más de una década y su obra, actualmente "olvidada", se caracteriza principalmente por la viveza de los colores. "Tuvo una vida muy complicada, sin infancia, y cuando tuvo la oportunidad de empezar a pintar, esa infancia retenida emergió de manera absolutamente alegre y fresca", explica la directora de la Fundación Palau, Anna Maluquer.

Con una trayectoria artística relativamente corta, de 1947 a 1959, Sanmartí expuso en Barcelona, París o en Bélgica. "En su momento se prodigó", destaca Maluquer. Su entorno -era madre de Antoni Clavé- y el hecho de que una mujer descubriera su faceta creativa de manera tan tardía favoreció su éxito.

Con su muerte, sin embargo, cayó totalmente en el olvido. "El personaje desapareció", reflexiona la directora de la Fundación Palau. A nivel familiar, además, la figura consolidada y a la que se destinaron esfuerzos a catalogar era la de Antoni Clavé. La obra de la madre, en cambio, quedó conservada solo en el ámbito familiar.

Ahora la Fundación Palau quiere reivindicarla. Esta faceta también era una de las obsesiones de Palau y Fabre. De hecho, el único lugar donde hay obra de Maria Sanmartí expuesta es la colección permanente de la Fundación Palau. El mismo Palau también le dedicó un artículo en 1948 hablando de la "espontaneidad" de su arte.

En este sentido, Maluquer recuerda que en el momento de la explosión artística de Sanmartí, el arte "era demasiado cerebral, pensado y fabricado". Su irrupción rompía con esa corriente y sus dibujos demostraban un gran dominio del color sin haber tenido ninguna formación previa.

Para la directora de la Fundación Palau, el trabajo de Sanmartí es "la explosión" de una mujer de 60 años con una vida hasta ese momento muy complicada: "A los 9 años ya trabajaba en una peluquería, pronto quedó inválida y tenía que mantener a su hijo después de que el marido la abandonara cuando el niño tenía tres años".

La Guerra Civil obligó más tarde a ese niño, Antoni Clavé, a marcharse al exilio, a París, y madre e hijo no se reencontraron hasta pasados unos años en la capital francesa, donde vivió una segunda juventud. "Quizás los genes de artista de Clavé ya venían de la madre, con la vocación retenida durante tanto tiempo", exclama Maluquer.

Las obras de 'la madre de Clavé' -así firmó sus primeros dibujos- también sorprendieron a artistas como Picasso, que llegó a compararla con Matisse: "Su casa era un continuo de artistas que la animaban a continuar. Por eso estalla". Después de años en el ostracismo, su legado vuelve ahora a las salas de exposición.