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La Fundación Palau se adentra en la mirada de artistas catalanes con la figura de Picasso

La muestra sigue la estrella de la investigación de Palacio y Fabre en 70 sobre la relación del artista con Cataluña.

La Fundación Palau de Caldes d'Estrac presenta una exposición que, por primera vez, explora la perspectiva de artistas catalanes sobre la figura de Picasso. La exposición retoma la investigación que realizó Josep Palau i Fabre en los años 70 sobre la relación del artista malagueño con Cataluña, pero propone una inversión del punto de partida y convierte al propio Picasso en objeto de representación. En este sentido, la muestra reúne alrededor de ochenta piezas, incluyendo dibujos, grabados, pinturas, fotografías y esculturas, de artistas como Sebastià Junyent, Ramon Casas, Ramon Riu Dòria, Antoni Clavé, Antoni Tàpies, Josep Guinovart o Josep Maria Sagarra.

El proyecto expositivo de la Fundación Palau destaca porque, por primera vez, se basa en la visión que tuvieron de Picasso los artistas que lo trataron directamente y otros que lo hicieron más adelante, con la distancia del tiempo, y destaca la importancia que tuvo el artista a lo largo de toda su carrera.

Uno de los comisarios de la muestra, Sebastià Sánchez Sauleda, explica que, desde joven, Picasso llamó bastante la atención de artistas de su época, a pesar de ser alguien que apenas comenzaba. De esos comienzos son retratos de Ramon Casas o Sebastià Junyent, grandes nombres del modernismo de la época.

De hecho, la obra de Junyent es una de las 'joyas' de la exposición, según los comisarios, Sebastià Sánchez y Eduard Vallès. El retrato muestra a un joven Picasso frente a una pintura del mismo pintor malagueño, 'La Vida' (1903). Esta pieza pertenece a una colección privada y hace más de 40 años que no se exhibía en Cataluña.

Otro de los materiales destacados de la exposición son las fotografías que el fotoperiodista Josep Maria Sagarra tomó en el hotel Ritz de Barcelona en 1933, cuando Picasso se citó con su amigo Manolo Hugué.

La exposición también recoge piezas de la época en que Picasso se trasladó a París y artistas como Picarol o Feliu Elies hicieron sátira porque "no terminaban de entender su giro hacia las vanguardias", según señala Sánchez. En una segunda parte de la exposición también se observa cómo Picasso termina convirtiéndose en un referente para una generación de artistas como Clavé, Tàpies o Guinovart.

En general, los retratos recopilados en la exposición sirven para ver cómo Picasso se convirtió él mismo y su rostro en material pictórico, mostrando con qué artistas tuvo más complicidad y también cuáles se interesaron tanto por su figura como por su producción artística.

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