Un turrón de autor que recuerda el glorioso pasado industrial de Mataró

El arquitecto y artista Agàpit Borràs es el nombre que ha hecho tándem este año con el pastelero Claudi Uñó para el ya tradicional Turrón de Autor que la pastelería Uñó presenta cada Navidad. Conociendo a Borràs, nadie se sorprenderá que el concepto detrás del turrón que ha ideado tenga fuertes vínculos con la historia de Mataró y también un punto crítico.

La Destilería Centro Cultural acogió el pasado viernes, día 1 de diciembre, la presentación del Turrón de Autor de este año, que ya hace 28 años que impulsa la pastelería mataronina colaborando con artistas locales. Este 2023 el turrón recrea las 12 chimeneas que se conservan del pasado industrial de Mataró, "grandes campanarios que ven el mundo de manera global", según Borràs.

Con ellas Borràs quiere recordar que la capital del Maresme "fue una fábrica" durante los siglos XIX y XX y en cambio, hoy, no se sabe "cuál es su motor económico". "Qué somos, una ciudad dormitorio de Barcelona, o de los municipios más ricos de alrededor?" se pregunta Borràs, que en su faceta de activista siempre se ha mostrado preocupado tanto para hacer valer el pasado patrimonial de la ciudad cómo para trazar un rumbo para su futuro.

Para dar forma al turrón, Claudi Uñó ha optado por un trufado de chocolate negro 70 % (la única condición del artista era esta, que hubiera chocolate negro) combinado con fresas, frambuesas y cereales crujientes. La fresa es de proximidad, de las Cinc Sènies, para dar un sabor 100 % mataroní a un turrón muy anclado a la realidad local, mientras que las frambuesas sirven para potenciar el gusto. "Hemos jugado con los colores y con el territorio" explica Uñó, que confía que el turrón no solo se deguste en las comidas navideñas mataroninas, sino que sirva para hablar "de hacia donde va Mataró" en las largas sobremesas que nos esperan.

Ya hace 28 años que Uñó impulsó el turrón de autor, uno de los emblemas gastronómicos del Nadal maresmenc. Uñó recuerda que lo crearon en un momento donde los turrones "eran planos y sin decoración" y que quiso contar con la colaboración de artistas locales porque "son ellos quienes entienden de volúmenes y de formas". Durante todos estos años, los artistas de más renombre de la ciudad han colaborado con la pastelería de La Riera para dar forma a este dulce tan especial.