Romuald Gallofré

capgros.com

S’hunde otra casa en la calle Sant Antoni

Los propietarios de la vivienda, contigua a la que ya cayó el pasado 23 de febrero, estaban desalojados desde el pasado jueves

La casa situada al número 36 de la calle Sant Antoni se ha hundido este martes por la mañana, día 27. Se trata del edificio situado justo junto a la casa deshabitada que ya se hundió el pasado 23 de febrero. A consecuencia de este hecho, a la parte baja de  el edificio del número 38 se ha ido abriendo un agujero que hoy ha provocado el inicio del derrumbe de la casa. Ayer, ante el estado que presentaba el edificio, el Ayuntamiento ya decidió cortar el tráfico de vehículos en la zona y hoy se ha cortado también el paso a los peatones. Dentro de la casa siniestrada no había vecinos porque desde el pasado viernes que habían sido desalojados, según han informado fuentes municipales. En la casa vivían diferentes miembros de una misma familia. Fuentes de la familia han explicado que en un primer momento decidieron marchar preventivamente pero que a la cabeza de 15 días el arquitecto de la obra del lado los aseguró que podían volver. El pasado viernes, pero, un informe del Ayuntamiento los recomendó que desalojaran el edificio. 

Un total de tres vehículos de los Bomberos de la Generalitat han trabajado en la zona. Según han explicado los bomberos, a las diez  de la mañana han intervenido para ayudar los vecinos a retirar los objetos de valor de la casa, a pesar de que según los vecinos afectados, no han podido llegar a entrar por el mal estado del edificio. Una hora y media más tarde han recibido un aviso del arquitecto municipal porque la casa corría peligro de hundimiento y unos minutos más tarde la casa ha colapsado. Primero han empezado a caer trozos de material y pocos minutos antes de las doce del mediodía ha acabado de caer del todo. Según se apuntó en su momento, la causa de los derrumbes podría tener que ver con unas obras que se están realizando al número 40 de la misma calle.

Una casa unifamiliar antigua
Debido al derrumbamiento, se ha tenido que desalojar los vecinos de los números 34, 32, 35 y 37 de la calle Sant Antoni. A la vivienda derrumbada vivía una familia de 4 personas. Jaume Calsapeu, un familiar directo de los residentes de la casa hundida, ha explicado que desde hace un mes, cuando cayó la casa del número 38, empezaron a detectar varias grietas. Entonces desalojaron la casa preventivamente, a pesar de que unos días más tarde volvieron a vivir. "Nada hacía pensar que la cosa acabaría así", ha dicho. Pero las grietas fueron además en los últimos días y finalmente abandonaron la casa el pasado viernes, aconsejados por los técnicos municipales. Calsapeu considera que el derrumbe "se habría podido evitar" y ha apuntado que la familia ha dejado el caso en manso de sus abogados. Además, ha destacado que el edificio, la casa solariega de la familia Calsapeu, era uno de los más antiguos y con más valor patrimonial de la calle Sant Antoni. "Se una pérdida material y emocional muy fuerte, de la casa donde he vivido muchos años de mi vida, pero también es una pérdida para la historia de Mataró".

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