Salva Fernàndez

'Profunditzar cada caso concreto podría evitar tragedias como la de Campillos'

La ninguno de la asociación de víctimas de maltratos en la cual estaba la madre de la niña mataronina lamenta que el padre tuviera régimen de visitas

"Porque se aprueba un convenio regulador en el que se establece uno regimos de visitas en favor de un hombre condenado por maltratos sin cuestionar las razones que pudieron impulsar a la madre a firmar el acuerdo?" . Son algunas de las preguntas que se hace Patricia Sopera, abogada y ninguno de una asociación de víctimas de maltratos en la que la madre de la presunta niña asesinada estaba haciendo tratamiento de recuperación. Sopera conoce el caso de primera mano, y recuerda que el hecho que el Fiscal y el mismo juez decidieran  "aprobar un convenio con alguien que tiene un orden de alejamiento" es "inexplicable".

Sopena  defiende la labor del personal judicial a pesar de que cuestiona la escasa utilización de los instrumentos que la Ley Integral contra la Violencia de Género otorga. "No se puede tratar igual a una pareja que se separa por diferencias irreconciliables que a una mujer y sus hijos, que se ve obligada a separarse por los maltratos sufridos". La abogada remarca que  "las víctimas colaterales de estas situaciones sueño los menores y establecer un régimen de visitas prácticamente normalizado sin supervisión por parte de un tercero es un gran error". El padre "hablaba cada día con su hija y nada hacía sospechar una cosa así " a pesar de que considera que "el régimen de visitas tendría que haber sido escalonado y supervisado por los técnicos especializados adheridos al juzgado, pero no quiero entrar a valorar el trabajo realizado por los compañeros".

Por ella, la gran cantidad de falsas denuncias que hay día detrás día –lo vive en primera persona- pueden ser una causa. Sopena explica que durante  los primeros años de la entrada en vigor de la Ley  fueron muchas las condenas impuestas, pero con el tiempo se fue comprobando que en un alto porcentaje muchas de estas denuncias "eran falsas, siendo los principales motivos conseguir divorcios expreso, más  altas pensiones, venganzas personales contra el padre, etc.....el que ha hecho que todos nos cuestionamos quizás demasiado, las autenticas víctimas de violencia y seamos más prudentes a la hora de juzgar estas conductas delictivas". Por ella, hace falta profunditzar y verificar cada caso concreto para evitar tragedias como la de Campillos.

El padre ya había tenido la hija en una ocasión
La abogada, que conoce el caso de primera mano puesto que ha sido acompañando el tratamiento de la madre mataronina, explica que el padre suicidado fue condenado por maltratos, sentencia que acató sin recorrer y que le suponían seis meses de prisión que no hacía falta que cumpliera porque no tenía antecedentes. El padre "tuvo la niña una vez" antes de que pasaran los hechos de lunes, pero en ningún caso "ni yo ni la madre, ni nadie, imaginamos que este chico podría llegar a hacer una cosa como esta, contra la madre quizás, pero contra su hija nunca hubiéramos pensado dado que los dos parecían que se estaban rehaciendo poco a poco de  las consecuencias de la separación".

Ni una discusión ni un choque en los últimos días, a pesar de que "es cierto que él le había enviado mensajes a la madre y ella, que estaba haciendo una recuperación excelente, ya no los contestaba, entre otras razones por la existencia de la orden de alejamiento que también incluye la prohibición de comunicación". La madre estuvo en tratamiento con la asociación y mica en mica iba recuperándose del golpe recibido con su ex pareja:  "volvía a sentir las ganas de vivir, cumpliendo los hitos propuestos. Empezaba a sentirse libre por fin; hoy, totalmente derrotada decía a su amiga "Y ahora qué? Por quien lucho? Me han sacado mi bitxillo, como lo superaré?". Leonor tenía seis años, un mes y una semana.

Durante la misa de despido de   Leonor, la madre leyó una carta dirigida a la niña, en la que explicaba que le había preparado un pastel y un regalo por cuando volviera: "Pero en lugar de esperarte, me estoy despidiendo" cerraba la carta.

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