Los Mozos registraron la panadería que regentaba la mujer acusada de la muerte de dos abuelas en Mataró
Los Mozos registraron la panadería que regentaba la mujer acusada de la muerte de dos abuelas en Mataró

capgros.com / ACN

La acusada de matar dos abuelas niega ser la autora de los crímenes y de los robos

Reconoce que conocía las dos octogenarias pero dice que no recuerda haber hecho nada diferente del habitual aquellos días, a pesar de ser fuera del trabajo

La mujer enjuiciada desde este lunes para matar dos octogenarias el mayo del 2012 en Mataró ha negado ser la autora de los crímenes y robos, pero ha admitido que conocía las dos ancianas. La procesada, una panadera que gestionaba el establecimiento La Yaya Anita en la calle Biada, no ha aportado ninguna coartada por el momento de los hechos, pero dice que no recuerda haber hecho nada diferente del que hacía normalmente aquellos días, a pesar de que era fuera del trabajo. La defensa de la acusada pide la absolución y ha insinuado que la hija de la primera víctima podría estar implicada en el caso. La fiscalía pide 15 años de prisión por cada homicidio y diez años por los dos robos que sufrieron las víctimas, asaltadas en casa suya.

Según la fiscalía, el 17 de mayo del 2012 por la mañana, la acusada, Ana Maria A.m., golpeó y apuñalar varias veces de forma brutal la primera víctima y le robó 5.000 euros en efectivo, una trituradora de cocina y joyas valoradas en 6.000 euros, algunas de las cuales revendió al día siguiente. Y cinco días mas tarde habría repetido el mismo procedimiento con la segunda víctima, a quién golpeó y apuñalar multitud a veces. En esta ocasión, pero, no encontró dinero (eran en una caja fuerte) y sólo se llevó una placa de oro con el nombre y DNI de la víctima. Esta placa apareció al monedero de la acusada. El día 25 de mayo de 2012, Ana Maria A.m. fue detenida, y dos días más tarde ingresó en prisión provisional sin fianza. La fiscalía pide 40 años de prisión en total, quince por cada homicidio y cinco por cada robo con violencia o intimidación en casa habitada, además de 126.000 euros en indemnizaciones.

La explicación de la acusada
Respecto a la primera víctima, Ana Maria A.m. , que sólo ha respondido a su abogada, ha explicado que fue vecina suya durando muchos años, y que tenía relación tanto con ella cómo especialmente con su hija, sobre todo desde que el marido de la acusada enfermó y murió . Ana Maria A. M ha explicado que iban con la hija de compras o a la playa y que esta solía almorzar a la panadería que ella regentaba, 'La Yaya Anita' en la calle Biada. La hija de la abuela asesinada, en cambio, ha explicado al juicio que era la acusada quién le pedía ayuda y la trucaba a menudo. También ha negado que fueran tan amigas y ha asegurado que hacía tres o cuatro meses que no hablaban.

Respecto al día de la muerte de la primera abuela, la acusada afirma que abrió la panadería como cada día y que a media mañana salió, cuando le tomó el relevo una dependienta. No ha explicado qué hace ver aquel día, pero cuando volvió vio ambulancias y mucha gente ante el bloque donde había vivido años atrás. Pocas horas después se presentó a la puerta de la comisaría de los Mozos, según ella, para ofrecer ayuda a la hija de la víctima, cosa que extrañó "" a esta, porque sólo ella y su entorno más cercano sabía que era allá. Horas más tarde la acusada pasó otro golpe por ante la casa de la víctima y volvieron a hablar, en una conversación "normal, con afecto", ha dicho la acusada. En cambio, la hija de la víctima ha dicho que vio un corte al labio a la acusada que le hizo sospechar. Además, iba vestida con chándal de invierno, todo y el calor que hacía, ha explicado la hija de la víctima.

La hija también ha explicado que la acusada la trucó a menudo aquellos días para interesarse por el adelanto de las investigaciones y ha asegurado que ella pocas horas después del crimen ya sospechó de la acusada porque algunos vecinos la vieron dentro del bloque donde vivía ella con su madre los días previos.A pesar de que la abogada de la defensa ha hecho preguntas insinuando que la hija podía estar implicada en la muerte, la magistrada presidenta no ha permitido este hilo argumental.

La segunda víctima
Sobre la segunda víctima, la acusada casi ni ha hablado. Ha explicado la dependienta de su panadería le dijo que la Conchita, de 81 años, salía al balcó y pedía ayuda porque había caído. Al trucar en casa de la mujer y no contestar nadie, pensaron que ya lo habían ayudado. Horas después se enteró de la muerte. Esta es la respuesta que ha dado ante la acusación de fiscalía de asesinar a la mujer, y no ha sido capaz de explicar por qué tenía en posesión la placa de oro con el nombre y DNI de la víctima.



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