El Ayuntamiento había intentado que el indigente trajera los perros a la perrera

El Ayuntamiento intentó en varias ocasiones que el indigente muerto por el ataque de unos perros trajera los animales a la perrera y accediera el mismo a hacer uso del Centro de acogida Municipal. El hombre, precisamente, había aceptado el ofrecimiento del gobierno municipal tan sólo dos días antes de que se produjera el ataque, en el cual resultó muerto tanto él como una mujer, que supuestamente traía comer por este hombre y los animales. Según han explicado fuentes municipales, el hombre aceptó con bastantes reticencias que lo trasladaran a él en el Centro de Acogida y se llevaran los perros a la perrera. El indigente había recibido hasta aquel momento hasta tres visitas de responsables de los servicios de Bienestar Social y de la Policía Local. La primera de las visitas tuvo lugar el pasado mes de junio y la siguiente, en septiembre, y en todas estas ocasiones, el hombre rehusó.

El indigente vivía en una zona de huertos y barracas a La Llàntia rodeado de 17 perros, los cuales presentaban un relativo buen estado. El abril del 2009, el servicio de Vivienda ya había hecho una inspección de los terrenos y había detectado la presencia de las barracas, hecho que se notificó a la entidad propietaria de los terrenos. El marzo del 2010 se le hizo llegar la orden porque se retiraran todas estas instalaciones puesto que los propietarios de terrenos tienen que conservarlos en condiciones de seguridad, salubridad y ornat público.