Las tareas de desescombro del inmueble que se hundió la semana pasada a la calle Sant Antoni, que se están llevando a cabo estos días, son el paso previo imprescindible para poder averiguar las causas del siniestro y, por lo tanto, establecer las responsabilidades de los agentes implicados. Será entonces cuando se podrá empezar a negociar realmente quién se tiene que hacer cargo de las indemnizaciones que reclaman los vecinos afectados. Este fue uno de los principales temas que se trató en la reunión que mantuvieron ayer lunes representantes del Ayuntamiento con los citados vecinos.
El Ayuntamiento ha pedido a las aseguradoras y a la empresa promotora de las obras del número 40 de la calle Sant Antoni, adyacente a las dos viviendas derrumbadas, la creación de un fondo de carácter urgente para cubrir las primeras necesidades de las familias desalojadas. Así lo ha explicado la abogada Adelaida Molina, representante legal de los vecinos del número 34, que asistió ayer a la reunión. "Es una posibilidad que apenas se ha empezado a hablar, y tenemos que ver la respuesta de las compañías", ha dicho Molina. Según la abogada, "el más importante es aclarar responsabilidades, pero para obtener el dictamen de los pèrits antes tendremos que esperar a que acaben las tareas de desescombro".
El inmueble del número 34 de la calle Sant Antoni es un edificio con cuatro viviendas. El siniestro ha obligado a desalojar una señora grande que vive a la planta baja, la pareja que reside al primer piso y una locataria de la tercera planta. Es, junto con el número 32, el edificio más afectado por el derrumbe de la semana pasada. "La previsión, según se apuntó a la reunión de ayer, es que el inmueble no se podrá volver a habitar en un futuro inmediato", ha explicado la abogada de los vecinos. Aún así, han querido agradecer en el Ayuntamiento que haya "asumido obras urgentes y necesarias", como por ejemplo el apuntalamiento interior del edificio o el reforzamiento de la pared medianera.
'Lo hemos perdido todo'
A la reunión de ayer también asistieron familiares de los propietarios del número 36, el edificio hundido. "El Ayuntamiento nos está haciendo mucho lado en todo", han explicado fuentes de la familia, a pesar de que han añadido que "ha habido negligencias por todas las bandas", en referencia tanto al consistorio como la promotora de las obras. "Lo hemos perdido todo", aseguran. Las mismas fuentes han negado la versión dada por la empresa promotora, que aseguró en un comunicado que no van apuntalar el número 36, tal y como se lo ordenó el Ayuntamiento, porque los resultó "imposible" acceder al inmueble puesto que no era de su propiedad. "El jueves previo al derrumbe, los dijimos que podían acceder en la casa y que si necesitaban las claves se los dábamos", han asegurado.
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Trabajos parados por lluvia
El Ayuntamiento ha informado este martes que los trabajos que se estaban llevando a cabo para garantizar la seguridad de los vecinos afectados por el derrumbe, se han tenido que parar debido a la lluvia. Antes de llover, se han finalizado los trabajos de estintolament de la casa número 34 y se han fijado los ángulos metálicos para reforzar la unión de la fachada y la medianera del número 34. La familia de la casa hundida está a la espera que los escombros se acaben de retirar y se trasladen a las antiguas pistas de práctica de conducir, a la carretera de Cereza, para poder discernir los objetos de valor que queden. Horas antes de que la casa se hundiera intentaron entrar para poder retirar algunos de estos objetos, pero técnicos y bomberos se lo impidieron ante la amenaza de escombro.
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