Las mejores fotos de un Sant Jordi para enmarcar en Mataró

Un Sant Jordi para enmarcar, el de este 2023. Mataró vivió y celebrar un 23 de abril redondo por fin, después de no tenerlo el 2020 por la pandemia, de vivirlo en la expresión mínimo el 2021 por el mismo motivo y de aquel aguacero impertinente que nos lo cortó de tronco rel el 2022. Entre que Sant Jordi caía en domingo y las ganas acumuladas, todos los actos de la fiesta respondieron al mismo patrón: gente, mucha gente, una gernació, todo multitudinario.

Desde primera hora de la mañana las calles hirvieron de actividad. Un tendido de paradas por toda la ciudad que, a la Riera como centro neurálgico, hizo que la paseada arriba y abajo, tan típica, fuera especialmente lenta menos a la hora de comer. En la Plaza de Santa Anna, por tercer día, Feria del libro y los libreros (que los suele costar) sonreían.

A mediodía, Dragón y Dragalió hacia el Libro Gigante de Cuentos y los Capgrossos haciendo castillos ante el Ayuntamiento. Y por la tarde gigantes, gigantas y enanos. La colección completa o poco le debe de faltar. Y gente, mucha gente, una gernació, todo multitudinario.

Ya por la noche, quizás demasiado tarde y todo, la Fogonada. Con sus voltafocs y las chispas giravoltant y bailando por las plazas. Y como apunte final, cuatro gotas en su punto de las doce. Cómo diciendo que ya no era Sant Jordi. Una anécdota.

Uno de los Sant Jordi más radianes que se recuerdan, repasado en fotografías de Romuald Gallofré: