"A Mataró le falta proyecto cultural: todo son pérdidas"

Josep Maria Codina no solo es un pintor de primera división nacional. Al mismo tiempo, es un mataronense de pura cepa al que resulta difícil no encontrarse en cualquier evento cultural que se celebre. Actualmente jubilado de la enseñanza (por sus clases han pasado cientos de alumnos que hablan bien de él), puede dedicarse exclusivamente a la actividad artística en su taller en Argentona. Desde allí, es metódico y exigente, pero al mismo tiempo tiene el tiempo y las ideas anotadas en bocetos que plasma en obras que, como sucede con los grandes artistas, son identificables. Ha basado gran parte de su trayectoria en una presencia y reconocimiento fuera de su hogar más que en su ciudad natal. Joven del poeta Ventura Ametller, lidera la asociación que conspira para difundir su figura y obra. Codina habla con pasión sobre lo que echa de menos en la cultura mataronense, los proyectos de publicación de la obra de su suegro que ha impulsado con el resto de instituciones culturales locales de la asociación, o la ilusión y la presión que le supone exponer en Ca l'Arenas dentro de la colección 'Singulars' el próximo abril.

Artísticamente, los últimos dos años tuyos han sido muy prolíficos, con exposiciones importantes como la de Tarragona. ¿Estás en tu mejor momento como artista? Hace tres años dejé de dar clases al llegar a la edad que me permitía hacerlo, y por lo tanto, todo el tiempo que compartía con la enseñanza ahora lo puedo enfocar en la actividad artística. Esto significa más tiempo, más producción y poder moverme más. He podido realizar exposiciones importantes como la de Asilah en Marruecos, donde me eligieron como artista europeo, he hecho exposiciones en Europa y el Tinglado de Tarragona ha sido el gran proyecto. Es un lugar enorme donde pude exponer más de 150 obras, y fue una de las exposiciones más importantes de mi trayectoria. Cuando eres artista, lo que quieres es que la gente vea tu obra, por lo tanto, está siendo un muy buen momento.

Te han definido como un "pintor de sensaciones". ¿Qué significa eso? Es una manera de entender la vida, no solo el arte. Nos construimos a partir de lo que recibimos y de cómo lo vivimos. Trasladar esto a la obra pictórica, comunicarlo plásticamente, conlleva una evolución. En mi trayectoria artística hay un par de elementos que son conductores: el tiempo y cómo nos transforma como elementos físicos. Esto comenzó siendo muy figurativo y se ha ido depurando, y cada vez tiendo más al camino de la sutileza hasta el punto de no tener forma. Es decir, que la sensación sustituye a la forma en sí. La riqueza de mis obras es que cada persona las percibe con una sensación diferente. Y eso es fantástico porque cada uno vive las sensaciones a su manera.

¿Cómo es tu momento creativo, tu día a día en el estudio? Depende mucho del momento y va por épocas. Las exposiciones son puntos de inflexión que te plantean desafíos, que vas estirando las sensaciones y trabajándolas. Ahora mismo estoy preparando la exposición de Ca l'Arenas y lo que va sucediendo, el tiempo y cómo se vive. Por ejemplo, veo la condición humana muy a nivel de piel, es lo que se repite. El tiempo que puede enriquecernos o castigarnos, sensaciones buenas y malas, el máximo dolor y el máximo placer.

El próximo abril serás el protagonista de la serie 'Singulars' con una exposición en Ca l'Arenas. ¿Lo planteas como una retrospectiva? Yo no la planteo como una retrospectiva de mi 'Singulars'. Quiero que se vea mi creación de los últimos años. En Mataró he expuesto poco y desde el 2008 en el Ateneo no he hecho ninguna exposición importante. Con la broma habrán pasado 15 años, que ya es tiempo. Estrené el 1985, luego 95, 98, 2008 y hasta ahora. Cuando digo esto de los años que han pasado no me estoy quejando, pero es el dato.

¿Por qué va a menos Mataró en espacios expositivos y en nombres artísticos? Me preocupa la cultura de Mataró porque mirando hacia atrás ves mucha pérdida. Hace años había tres o cuatro galerías de arte más diferentes instituciones públicas y ahora hay muy poco. Tenemos La Destilería, la Nau Gaudí con Bassat, los de Sant Lluc, el Colegio de Aparejadores... pero en general creo que se puede decir que hay poca apuesta por los artistas y por el arte, hay pocos recursos. Y si no los hay para los artistas en general, tampoco los hay para los locales, para los de la ciudad. A Mataró le falta mucho proyecto: hemos perdido patrimonialmente y arquitectónicamente, y ahora nos queda muy poco. No hemos sabido conservar lo bueno que teníamos y entramos en una mediocridad que en algún momento tendremos que revertir.

¿Qué puede hacer Mataró para revertir esta situación? Crear un proyecto a largo plazo, creer en ello y apostar por él. Necesitamos espacios. ¿Dónde puedo escuchar un concierto como Dios manda en Mataró, sin auditorio? Para hacer teatro, tenemos lo que tenemos. El único cine que teníamos en el Centro ahora se ha cerrado y nadie parece moverse. De librerías cierran y tenemos poco cuando podríamos hacer una apuesta por una ciudad potente a nivel literario. En los diferentes ámbitos culturales haría falta proyecto y esto pasa, por ejemplo, ya por la escuela, donde hay que trabajar seriamente en cómo entender, pensar la cultura. Yo miraría lo que hay, situar los elementos e ir enfocando. Mataró es una ciudad que quieres, pero que le ves las carencias.

Una iniciativa que sí tenemos y en la que estás personalmente muy implicado es el Premio Ventura Ametller. Y con Ventura Ametller nos pasa un poco lo que decíamos. Resulta que teníamos un intelectual de primer nivel y que casi nadie le hizo caso. Para mí, Ventura Ametller era un reto familiar porque él, una semana antes de morir, me dijo que de todo su archivo 'tú mismo'. Y descubrimos que era un referente para mucha gente y que su obra tiene muchísima importancia. Y es entonces cuando planteamos diferentes apuestas. Por suerte, gente de peso cultural en la ciudad creamos la asociación, el premio y publicamos la obra de Ventura. Empezamos por la creación de un premio literario importante, de nivel, y con esto tuvimos el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Mataró, Òmnium y Viñals Soler. Llevamos seis ediciones y tenemos un jurado de nivel nacional. Con este premio buscamos que el reconocimiento que no tuvo Ventura lo queremos para poetas de ahora y al mismo tiempo nos ha permitido que se vaya publicando obra inédita de Ventura Ametller. Este mayo se publicará nueva obra y en 2026 volveremos a publicar Summa Kaòtica. Tenemos mucho trabajo por hacer para difundir a Ventura, situarlo a él y a Mataró en el mapa literario y al mismo tiempo ayudar a los poetas de ahora.

¿Artísticamente aún te quedan retos pendientes? Para mí, Ca l'Arenas es un reto, porque es jugar en casa. Yo siempre soy muy exigente conmigo mismo, pero esta vez más: quiero enseñar lo mejor de mí mismo, que la gente se haga una idea de lo que he estado haciendo. Tengo como objetivo unas piezas nuevas que estrenaré y estoy empezando a trabajar con volumen. Estoy empezando a tocar un poco la escultura cerámica, pero no sé si saldré de ahí en abril. Por ahora, es carne de estudio.