El Ayuntamiento de Mataró lleva meses trabajando para hacer posible que una de las figuras institucionales de la ciudad pueda ser llevada por personas en silla de ruedas. Aún no ha definido públicamente si será uno de los cuatro gigantes, una de las dos momerotas, uno de los dos dragones, el águila o uno de los 18 enanos, pero la concejala de Cultura Heidi Pérez avanzó en el Pleno Municipal que ya se está trabajando en la solución técnica para hacer posible que la figura se lleve en silla de ruedas, con constructores de modelos deportivos de estas.
Mataró ha decidido adaptar una de las figuras institucionales y no crear una figura exclusiva, como había pedido ya en el mandato anterior el grupo municipal de ERC. Heidi Pérez lo argumentó porque "es más relevante hacer accesible una de las figuras ya muy queridas que no crear una comparsa exclusiva y descontextualizada del resto de elementos de la Fiesta Mayor".
Cultura, que ya ha volcado muchos esfuerzos el último año en la accesibilidad de las fiestas, con la aplicación de los tramos tranquilos y espacios de acceso reservado, plantea la adaptación de una de las figuras como un segundo paso que quisiera cristalizar este 2024. Sin embargo, explicó la concejala, la medida y cuál será la figura elegida para la adaptación aún se debe tratar en el seno de la Comisión de Les Santes, en las comisiones permanente y de seguimiento de la misma.
- Ninguna de las collas institucionales con figura ha sido informada, aún, de ser la elegida para este paso hacia la inclusividad en la fiesta.
Con la adaptación de una figura para que pueda ser llevada por personas en silla de ruedas, Mataró se insertará en la lista de municipios que ya disponen de figuras adaptadas. Se alcanzará así un grado de accesibilidad mucho mayor en la participación en Les Santes y las personas con discapacidad funcional podrán ser portadoras de las figuras.
Los antecedentes
El primer caso de un gigante adaptado es barcelonés: en el año 1988 la escuela de enseñanza especial Auxilia presentaba la primera (y hasta ahora, única) pareja de gigantes adaptados, Quimet y Quimeta. Los gigantones tenían la peculiaridad de que se podían colocar sobre las sillas de ruedas de los alumnos, que los hacían bailar. A pesar del interés del proyecto, las figuras solo salieron un par de años.
No sería hasta el 2010 que un niño de Castellcir se hizo hacer un gigantón adaptado a su silla de ruedas. Esto despertó el interés por el tema y en Premià de Mar adaptaron un gigante: Martí. La particularidad de esta figura es que, además de la silla de ruedas, incorpora unos indicadores luminosos y un sistema de megafonía en el interior, para personas con discapacidad visual y auditiva.
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