Capgròs
Mataró vivió ayer su viernes de Carnaval más concurrido en muchos años… precisamente en el año en el que no había actas oficiales programados. No se sabe qué es causa y que consecuencia pero el hecho es que un gentío salió a las calles del Centro a ver y participar del que pasaba. Fuera de programa, el espíritu del Carnaval popular mostró músculo.
Se sabía que pasarían cosas pero además del éxito asegurado de la Portabardellada había dos incógnitas, dos misterios, El uno, que harían los Botargues que son la guardia real de Pellofa y que habían anunciado que se mantendrían fieles a la cita consuetudinaria del viernes. El otro, qué sería el pregón que había convocado este grupogrupo conocido cómo Nuevo CCC que pedía de ser ante el Ayuntamiento a las diez y media. Tres convocatorias, sumando la del correbars, en una misma noche. Y todo ello a la expectativa.
A la hora de la verdad los dos misterios se convirtieron en una acciones simbólicas y contestatarias del hecho que el Ayuntamiento de Mataró haya eliminado todo el viernes. No salía en programa pero la gente se lo hizo suyo.
Los Botargues, fieles a la cita
Los Botargues salieron en comitiva de la Prisión, cómo si hubiera el pregón convocado, cómo si tuvieran que recibir a Pellofa. Con tono más grave que la gresca que desatan y antorchas fueron hasta el ante el Ayuntamiento donde leyeron una intervención en la línea de cómo se habían expresado semanas atrás en un comunicado conjunto con la Momerota.
La estampa impactaba, con los Botargues alienados ante el Ayuntamiento. "Y aquí estamos, rodeados de silencio, cuando ahora mismo tendríamos que sentir el ruido de la Fiesta", dijeron para pasar a criticar "la tisorada cómo siempre a la cultura" y y criticar el acento infantil que Cultura dijo que tendría que tener la figura de Pellofa. Respete el tumbo de la figura también fueron contundentes asegurando que " los del AjuntaFems tienen miedo de aquello que los pueda decir en voz alta alguien a quien no pueden controlar? Ave va, hacéis un buen pedo todos juntos! Esta fiesta descafeinada no se merece el nombre de Carnaval, suerte de los Portafardells!".
El no-Pellofa llena a rebosar la Pescadería
Los Botargues hicieron hacia casona pero al cabo de un rato había la convocatoria de este Nuevo CCC. Y ciertamente a las 22.30h delante del Ayuntamiento había muchísima más gente que en ningún pregón de Carnaval de los últimos años. Una comparsa hacía de sus delante de la Casa Grande y con una momeroteta de nyigui-nyogui escupiendo chispas, la banda de los Friega-cazuelas y las ganas de ver qué pasaría se hizo corrua hasta la plaza de la Pescadería. En el viernes apòcrif de los simbolismos, el pregón fuera de programa se haría al lugar donde se simboliza, el Miércoles de Ceniza, precisamente el final de la fiesta.
La Pescadería era llena, costaba de entrar. Y allá apareció un a autonombrado no-Pellofa que hizo el discurso cómo si lo fuera. Y no se estuvo por poco.
Se presentó asegurando que "De Pellofa soy la irreverencia y los cojones se me han hinchado viendo cómo su herencia el Ayuntamiento se ha cargado" y que "me han dicho que hay censura, que el Cascarilla de Mataró hoy, cómo en dictadura, no podrá hacer su pregón" y después de repartir críticas a diestro y siniestro acabó con un clamor explícito: "Despierta, Mataró! Fuera sociates del Ayuntamiento: queremos el Cascarilla más cabrón" y no, dijeron anticipándose al Pellofa que tiene que aparecer en la Rua "esto que nos han jodido sin crítica ni sin nada que más que un Rey parece venido de la familia del Super 3".
La Portabardellada siempre triunfa
Junto a las dos excepcionalidades del día, los postres fueron las de siempre: la Portabardellada . A la hora convenida y con la fidelidad sedienta de sus habituales, los Portafardells comparecieron e iniciaron su recorrido plaza a plaza, bailada a bailada, versot a versot. A la Pescadería siempre el fundacional y descriptivo, después los del año. Crítica habitual en el Ayuntamiento (por el Carnaval, por la Teixidora) y un caudal de mucha gente que colapsaba literalmente cada bar colaborador.
Y la Portabardellada también es la gente, mayoritariamente disfrazada con motivos de lo más variados. El concurso de disfraces lo ganaron unos que se hacían pasar por la empresa de seguridad que el Ayuntamiento contrata para todo. Eran impagables.
A las dos y media se ha acabado el sarau. Con los valientes yendo a proseguir la fiesta y la gran mayoría recogiendo para el día siguiente. El Centro de Mataró, en el año que el Ayuntamiento había vaciado el viernes, ha sido pleno durante horas. Las ganas de gresca no dependen del programa.
Comentarios (1)