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La Rúa, masiva y espectacular, corona el Carnaval de Mataró

El Anxaneta vuelve a ganar el concurso de comparsas del Desfile con una recreación de la Feria llena de originalidad y humor

Más participantes, más público, más nivel, más buenas disfraces. La Rúa de Carnaval de Mataró ha entrado en una dinámica positiva, que la hace crecer y mejorar. ayuda el recorrido, el empujón organizativo, la mayor dotación de los premios y está claro la implicación de entidades, grupos y familias. El hecho es que la que se anunciaba ya días atrás cómo la Rúa con más participación de los darretrs años resultó espectacular un golpe en la calle, evolucionando desde el Parque de Cerdanyola en el Parque Central. Fue el gran acto popular y participativo de este Carnaval, uno de los días de más gente a la calle. La corona de la fiesta.

Debería de sacar humo del cabo durante rato, el jurado, para barrenar a quién dar los premios. Obviamente con más de 1.000 personas desfilando la expectación al final del acto al Parque siempre es para saber quién canta victoria. Ganó (1.500 euros) la escuela Anxaneta, que los últimos años es especialmente activa al respeto. Su propuesta era la de un parque de atracciones lleno de humor y originalidad. Y muy numeroso. Las comparsas grandes hicieron una exhibición del músculo asociativo de la ciudad porque había comparsas cómo la de los caramelos de la Peña Al-Andalus que impactaban de tantísssima gente desplegada. Un 10 para todas.

Els guanyadors de la Rua, l'Anxaneta. Foto: Quim Vives
Los ganadores de la Rua, el Anxaneta. Foto: Quim Vivas


El segundo premio, de 700 euros, fue a parar al Vuelo de la Colla y una original colección de globo aerostàticos y luminosos que realmente hacía muy buena fila. Los niños, especialmente, hacía los ojos como naranjas cuando los veía. Todavía se fallaron dos premios más: el tercero, de 500 euros, para una comparsa de 'Los Mataronians reciclados' que venían a ser un tipo de marcianos con todo el material reutilizado, cómo vasos o cápsulas de café. Y también llumetes. Entre las familias o grupos pequeños cantaron victoria los Pavos Reales, con mucha elegancia y 300 euros al bolsillo para celebrarlo.

Els globus del segon premi. Foto: Quim Vives
Los globos del segundo premio. Foto: Quim Vivas


No rascaron ningún premio pero apetece reseñar de entre todas las comparsas desplegadas dos que cautivaban especialmente. El una recreaba y escenificaba con todo lujo de detalles e interpretación el imaginario y personajes del Rey León. Y era preciosa. El otra, cómo siempre (un premio fijo se los tendrían que dar) los Picapiedra del Esplai Rabadà. Ver entidades inclusivas desfilando es uno de los mejores tesoros del Desfile nostrada.

En Pellofa amb els paons reials. Foto: Quim Vives

Pellofa con los pavos reales reales. Foto: Quim Vivas

 

Más que masiva

Dice el Ayuntamiento de Mataró que los ha contado y que había 20.000 personas. Si en lugar de números echamos de letras la sensación es que efectivamente el Rúa tenía un carácter masivo, más gente que años atrás. El recorrido es un acierto y especialmente el Camino de la Giganta se llena. Al final en el Parque Central, también había miles de personas. Sin ningún lavabo por ellas, por cierto.

El éxito de este Desfile refuerza el argumento que tiene que ser este el acto primordial y central de la fiesta, el que muestra más la diversidad y amalgama de gustos, maneras y gentes de la ciudad. Un desfile sin lujos, que mantiene el tono artesanal y rupestre de algunos disfraces, el humor fino y los detalles, que agradece la música intercalada para darle ritmo a la cosa. Una gran Rúa.

Pellofa desdibujado

Quién abría el Desfile y quien protagonizó la entrega de premios era el Pellofa del año. De hecho abrían camino los Botargues, que a partir de la Plaza de Granollers cambiaron las chispas de las carretilles por bengalas intermitentes para no hacer estragos en la colección de todo tipo de poliésteres con la que se suelen hacer los disfraces del personal. Pellofa iba encima de un Citroen casi centenario y con todo su séquito, resultado del casting hecho.

Se había anunciado que habrá pregón y antes de los premios y sin demasiada atención se hizo un sucedáneo breve con cuatro críticas blancas y tópicas a temas tan decolorados cómo los carriles bici, los contenedores o el número de inauguraciones. Un hombre que se hacía pasar por el Alcalde y respondía al nombre de 'Pot' y toda la corrua cómo de políticos intentaban acompañar. Fue un Pellofa desdibujado todo y el empujón de quien lo interpretaba que además inició el baile posterior como cantante.

El baile empezó con la cancioncilla del 'movimiento pélvico' y un intento no muy exitoso de flashmob. El séquito, esto, sí, se invirtió y La Loca Histeria posó oficio para hacer mover la gente que no marchaba de entrada. Este enlace Rúa-Baile hizo que el Parque se fuera vaciando. El Esplai Garbí, que aquí conste, renovó los votos en complicidad con la fiesta hasta tarde teniendo barrio y punto lila. Y con música enlatada, un cuarto de entrada a la pista y bastante buen rollo acabaron tocando las dos del sábado de carnaval.

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