gonzalo plata

Gonzalo Plata

Secretario General de CCOO del Maresme

No tenemos que tener miedo a la vida, tenemos que tener miedo a la enfermedad

Quién nos tenía que decir mientras nos disfrazábamos al carnaval, que aquella cosa lejana que sufría la gente de Wuhan tenía que confinarnos en casa nuestra días después. Que tendríamos encima nuestro la crisis sanitaria más importante que hemos vivido desde hace un siglo. Que la gente de nuestra sanidad tenía que ponerse en riesgo para cuidar de nosotros. Que la gente trabajadora con peores contratos y peores condiciones laborales seria quién nos sacaría las castañas del fuego. Que haríamos una manifestación virtual por el primero de mayo. Que volvería una crisis económica, con más virulencia, que haría tambalear todo. Quién nos tenía que decir!

Esta crisis nos está, por eso, dando algunas lecciones que no tendríamos que olvidar. Como la necesidad de contar con unas administraciones públicas fuertes y muy dotadas. Porque cuando han venido mal datos todo el mundo las hemos mirado y hemos pedido soluciones. Hemos necesitado del sistema sanitario. Hemos necesitado de ayudas alimentarias, de ayudas al pago de los servicios básicos. Hemos necesitado de prestaciones públicas para poder tener algún ingreso. Y aquellos que pedían recortadas de impuestos y servicios públicos han sido los primeros al parar la mano y pedir ayuda.

Cómo también nos enseña que aquel "mantra" que aquí podíamos diseñar productos y que los fabricaran al sudeste asiático a cambio de derechos y salarios bajos, ha hecho que no tuviéramos capacidad productiva para dotarnos de los EPI suficientes que nos protegían la vida.

Pero por encima de todo nos muestra las consecuencias de las políticas y las políticas económicas impulsadas por gobiernos de derechas a nuestro país, en España, en Europa, a las empresas e incluso a nuestros pensamiento, o no recordáis aquello de gastar por encima de nuestras posibilidades?; aquellas políticas, nos han llevado miseria y desigualdad. Y que a la contra de esto está el que hace la gente normal: la solidaridad. Cosiendo mascaretes, yendo a comprar por aquellos/se que no pueden, animando cada día a las 20h al personal sanitario que no quieren ser héroes, que quieren tener las condiciones laborales y salariales dignas que se merecen.

Estos últimos días de "desescalada" han emergido las realidades de un conflicto de clases que aunque han querido menystenir o incluso enterrar está más presente que nunca. Mientras a las puertas de Nissan –Montcada sus trabajadores y trabajadoras hacen una huelga estratégica para salvar el sector de la automoción a nuestro país, con EPIS y conservando las distancias, haciendo turnos para evitar aglomeraciones, y os recuerdo, sin cobrar, que las vagas no se cobran. La clase dominante sale a la calle de la milla de oro de Madrid, sin ninguna medida, con palos de golfo, para demandar la protección de sus privilegios, o también, en la Cerdaña, donde existe un confinamiento de segunda residencia de alto "estànding".

A la crisis de la Covid-19 no puede ser que le tengamos miedo a la vida, le tenemos que tener miedo a la enfermedad, tal y cómo sabemos hacerlo. Aplicando el sentido común. Cumpliendo con las recomendaciones que nos hacen los expertos. Y aplicando la máxima de la solidaridad, y la firmeza. Firmeza en la defensa de nuestros derechos, que de esta crisis no saldremos perdiendo, la gente autónoma, la gente trabajadora, los pequeños y medianos empresarios, no seremos arrasados como fuimos al 2008. Solidarios y solidarias entendiendo que en la diferencia y en la diversidad está la riqueza. Que no hay ninguna posición o verdad absoluta. Que aprendemos cada día de esta enfermedad y de sus consecuencias. Y que o salimos plegados, o, simplemente, no salimos.

A CCOO hemos aplicado el sentido de la solidaridad. Hemos asesorado gratuitamente a miles de personas en nuestro país a lo largo del confinamiento. 700.000 personas en Cataluña han estado de una forma u otro atendidas por la gente de nuestro sindicato, que una vez más no a preguntado qué tenía que lo suyo, sino que teníamos que hacer por lo nuestro.

Últimamente he salido de casa a atender las funciones sindicales que me corresponden. Y he visto demasiada gente mirando con la cabeza cot al resto, tapados con mascaretes, con miedo del "que mira que no sea que este hemos contagie". Las sociedades con miedo sueño siempre víctimas de los "ismes" que a lo largo de la historia han provocado más miedo, crueldad, pobreza... Vuelvo a decir, no tenemos que tener miedo de la vida, tenemos que tener a la enfermedad, y esto sólo lo cura el sentido común. Se a decir, el sentido de las cosas comunes.

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