Capgròs
Josep Rodri estaba satisfecho, pero con reservas. El director del montaje comentaba este mediodía durante una conversación informal que durante el estreno de ayer se sintieron ruidos de fondos y que había un público poco convencional, poco teatral. Sea como fuere, 'Morir en Bagdad' inauguró ayer al atardecer su periplo barcelonés en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, dentro de la programación del Foro Griego. Unas doscientas personas se pasearon con llinternes por entre las treinta ocho cajas de muertos del Patio de Joan Coromines donde había los actores declamando sus guiones.
Arnau Aymerich, uno de los 'cadáveres' del montaje comenta que las sensaciones del estreno fueron buenas. "Éramos conscientes que estábamos en Barcelona y actuando al Griego ante varias càmares de televisión e incluso en presencia de algunos programadores, pero aún así no se pasaron muchos nervios, más bien al contrario". Según Aymerich una actriz no actuó para hacer boicot en el Foro, pero la mayoría decidió salir a escena. "Pesaba más el hecho de transmitir el mensaje de la obra que no las reservas hacia el Foro", explica.
'Morir en Bagdad' estará en cartelera hasta el 31 de julio (de miércoles a sábado) a las 10 de la noche. Las entradas, que valen 18 euros, se pueden adquirir al Tel-Entradas, Internet telentrades, Taquillas Virreina, Espacio Foro, Oficinas Caixa Catalunya.
Sinopsis
La obra de teatro Morir en Bagdad es un homenaje a las víctimas civiles y militares del conflicto iraquí. La escenografía, austera, oscuridad y sepulcral, muestra 38 actores no profesionales que yacen a sus ataúdes mientras los espectadores se adentran en el mundo de voces anónimas que son el testigo de la barbarie. El montaje busca la proximidad con el espectador, a medio camino entre el teatro de vanguardia y la performance artística. La obra es una iniciativa del colectivo Teatro por la Paz a partir de una idea de Josep Rodri, y se estrenó por primera vez en Mataró el año pasado.
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