Jessica Pujol

Una nueva manera de “mirar”

Neil Harbisson es el conillet de indias de un aparato electrónico innovador que transforma las olas electromagnéticas de la luz

Neil Harbisson, un mataroní que tiene la nacionalidad irlandesa e inglesa por procedencia paterna, sufre de naixament una disfunción que trae por nombre Acromatisme. Consiste en una carencia visual del color y sólo existe un caso por cada treinta y tres mil personas. Harbisson, pues, ve en blanco y negro, y así lo entendió “” a los once años, puesto que antes trataba de memorizar los colores, pero se encontraba ante enormes dificultades cuando la cosa se complicaba: “Mi abuelo sufría una disfunción parecida a la mía, así que parece que lo heredé”, explica. Aún así, todavía hoy no “entiende” el que es el color: “Por más que me expliquen minuciosamente el que es, no lo puedo entender. Sólo sé que hay algo que no veo”, comenta.

Como consecuencia de su carencia, en Neil desarrolló una percepción auditiva más aguda, y al acabar el bachillerato artístico en Mataró marchó hacia Inglaterra a estudiar Composición y Piano. Actualmente tiene 22 años y gracias a una conferencia que hizo Adam Montandon -un estudiante de cibernética de Plymouth (Inglaterra)- a su universidad sobre Cyborg Systems (sistemas cibernéticos) tuvo la oportunidad de ponerse en contacto con él y pedirle que fabricara algún tipo de aparato para poder percibir los colores: “Le pedí si podía crear algo para ver colores”, explica Harbisson.

Montandon se entusiasmó al tener ante una buena excusa para poner en práctica sus estudios de cibernética y creó un software específico para Harbisson. Este aparato consiste en un sensor que capta las olas electromagnéticas de la luz y las trasforma en olas sonoras, el que se denomina Eye-borg (extra-ojo). Y desde este 22 de marzo Harbisson viste este “tercer ojo”. En una motxil·la trae un pequeño laptop (ordenador portátil) y el sensor va cogido detrás la oreja como una diadema: “El que queremos es que este ordenador se vaya empequeñeciendo a medida que avanza el proyecto”, argumenta el protagonista de esta historia.

De momento Montandon ha decidido de instalar en el software veinticinco sueños, pero el objetivo es conseguir introducir los 365 de la rueda de colores. “Cómo que yo veo los claros y los oscuros, no hace falta que me introduzca el sonido claro y oscuro, sino que con los 360 colores tendré bastante”, explica en Neil. El proceso será paulatí, puesto que el cerebro tiene que crear nuevas conexiones neuronales para adaptarse a este tipo de prótesis: “Por mí es cómo si trajera unas ojeras, y mi oído, en vez de mis ojos, se tiene que adaptar a esta nueva realidad”, añade.

Este proyecto innovador, en Neil lo viste veinticuatro horas al día y está muy satisfecho, puesto que ahora puede distinguir los colores y no cae en confusiones. Además, se trata de un proyecto de gran interés científico. De hecho, el aparato ya ha ganado el premio a la Innovación que otorga el Submerge, un Festival de ciencias, arte y tecnología de Inglaterra, por otro lado se ha expuesto al Festival Puerto Eliot también de Inglaterra, y está pendiente de ser convocado al Europrix, un concurso a nivel europeo.

Problemas con el pasaporte
Las anécdotas alrededor de la nueva imagen de Harbisson son diversas. Una de ellas se aconteció cuando intentó renovar su pasaporte en el Reino Unido: “Envié mi foto de carné porque me lo renovaran y me la denegaron porque traía un aparato electrónico”, explica. Pero después de cartearse con la administración, presentar los papeles que Adam Montandon le preparó describiendo su caso y enseñar la aprobación de los médicos, la administración cedió y ahora Neil Harbisson ya aparece al documento con sus particulares “ojeras”.

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