Joan Salicrú

Una casa para toda la música popular

Mataró verá nacer a principios del año que viene una Casa de la Música Popular, un ambicioso proyecto compartido entre Clap, Generalitat y Ayuntamiento

Mataró tendrá, a inicios del año que viene, la primera Casa de la Música Popular de Cataluña. La idea ha recibido el impulso definitivo después de que la consejera de Cultura, Caterina Mieras, confirmara el apoyo de la Generalitat al proyecto mediante el Instituto Catalán de Industrias Culturales (IPIC) en una visita realizada en Mataró miércoles, día 27. Mieras aseguró que la firma del convenio era inminente y habló del proyecto como un «centro pionero». Esta era la condición que el titular de Cultura, Jaume Graupera, había puesto para comprometer el Ayuntamiento en esta iniciativa. La consejera, en otro orden de cosas, confirmó también la continuación de las ayudas de la Generalitat en la construcción del futuro Museo del Género de Punto.

El proyecto de la Casa de la Música Popular es una iniciativa que pretende hacer llegar la música popular –o sea la que no es clásica– a todos los rincones de la sociedad y hacer que todo el mundo pueda disfrutar: «Una Casa de la Música Popular es una nueva tipología de equipamiento que tiene que permitir abrir un nuevo circuito más allá de las fiestas mayores», explica Pau Mantiene, uno de los socios del Clap. De todos modos, no se trata sólo de ofrecer un espacio para hacer conciertos sino un auténtico generador de iniciativas musicales. «Es una apuesta muy ambiciosa y que ninguna ciudad de Cataluña tiene a estas alturas», dice Mantiene. Cómo es lógico, las actuales instalaciones del Clap –que continuaría funcionando como discoteca– acogerán la Casa de la Música Popular con las reformas físicas pertinentes.

De momento, la idea con que se trabaja es que el Clap se haga cargo del coste de las infraestructuras –la sala y los buques de ensayo– y sesenta mil euros (diez millones de pesetas) cada año durante tres más todos los beneficios que se generen de las actividades, mientras que la Administración (Generalitat y Ayuntamiento) aporte 180.000 euros (treinta millones de pesetas) cada ejercicio durante tres años. La Diputación de Barcelona también participaría en la operación aportando un técnico y se espera la colaboración también de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). En estos momentos el proyecto está siendo estudiado en detalle por una comisión mixta donde hay tanto representantes del Clap cómo del Ayuntamiento y la Generalitat. El convenio prevé un acuerdo por tres años, del 2005 al 2007.

Un vivero de grupos. En el ámbito de la formación, el que se trata es de poner en contacto los jóvenes de la ciudad con la música, programando unas visitas dirigidas especialmente a ellos y un tipo de conciertos donde pudieran entrar menores de 18 años. La idea es poner especial atención en aquellos que, además de escucharla, tengan ganas de hacer, de música. Ha previsto abrir una especie de asesoría musical que ayudaría los grupos a nacer, crecer y desarrollarse hasta que pudieran andar por su propio pie: «Seria como un vivero de grupos, sí», contesta Mantiene. Los diez buques de ensayo que se están construyendo en la calle Alcalde Abril, que serán de alquiler, son una de las partes de esta vertiente creativa –posteriormente se prevén hacer diez más, dependiendo de la demanda. La gracia del tema, pero, rae en el hecho que al tercer piso del Clap –donde ahora hay oficinas de la cooperativa– las ocuparían tres buques de ensayo de grandes dimensiones y un estudio de grabación.

Exhibición. La exhibición, que es la parte que actualmente ya funciona del Clap, se potenciaría con el incremento del número de conciertos y su línea: «Ahora, de vez en cuando, tenemos que hacer cosas que sean comerciales porque si no no salen los números... Con la Casa de la Música podremos programar basándonos en la calidad».

Dinamización y participación. Las dos últimas patas del proyecto son la dinamización, por la cual la Casa de la Música saldría a la calle para organizar aquellas actividades que por una cosa u otra no tienen lugar nunca en Mataró en fechas señaladas y la participación ciudadana, que consiste a «relligar cuanto más entidades mejor con la Casa de la Música».

Nuevo personal. Quién haría funcionar este ambicioso proyecto? Pues los cuatro actuales miembros de la cooperativa Clap –a los cuales pronto se añadirán tres más– y un nuevo equipo que consistiría en dos gestores, un técnico, una persona de limpieza y un responsable del proyecto radiofónico. Todo ello con el asesoramiento de un técnico de la Diputación de Barcelona.

Un proyecto compartido entre sector público y privado
Los responsables de la sala Clap admiten que, de hecho, el que proponen salir adelante ahora con una Casa de la Música Popular es en realidad el que querían hacer cuando decidieron dejar atrás la etapa del Local: «Lo intentamos pero poco a poco nos dimos cuenta que nosotros sólo era imposible», recuerda Pau Mantiene. La idea de los promotores de la sala era clara: si el equipamiento tiene que tener una función pública, es lógico compartir el proyecto con la administración y que esta aporte dinero.

A partir de aquí los contactos con el Ayuntamiento de Mataró se intensificaron y se llegó a la curiosa situación de estar, a tres días de las elecciones municipales de 2003, a punto de firmar un convenio mucho más light que el que ahora se ha negociado. “Nos dimos cuenta que nos teníamos que poner mucho más duros”, explica el miembro de la cooperativa. En el último año y medio se ha producido un tira y afloja entre el Patronato de Cultura y los responsables del Clap, una situación desagradable por los responsables de la sala pero totalmente necesaria: “Nos molesta mucho que parezca que vamos a pedir dinero, cuando en realidad somos nosotros los que ponemos dinero de nuestra parte”, explica Pau Mantiene. Los miembros de la cooperativa habían abierto un contacto al Ayuntamiento de Badalona porque, si la opción mataronina fallaba, el proyecto se pudiera aplicar en otro lugar: “De hecho nuestra idea sería que hubiera una red de Casas de la Música Popular”, asegura el responsable.

De momento, al menos la primera pieza de esta red parece que será realidad. «Ahora vemos que parece que si que sale adelante», ha comentado Pau Mantiene al saber la decisión de la Generalitat. Por su parte, el presidente del Patronato de Cultura, Jaume Graupera, celebró la decisión de la Generalitat y rechazó colgarse la medalla de la operación: «Todo el mérito es del Clap», aseguró. «Habían planteado una oferta buenísima que la ciudad no podía de ninguna forma rechazar», añadió.

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