Capgròs
El grave temporal marítimo del 20 de diciembre de 1923, hace justo un siglo, se cobró un total de seis víctimas mortales en Mataró. El periódico local Noticiario Mataronés, del 2 de enero de 1924, a toda página y con caracteres bien destacados, publica los nombres de las seis víctimas mortales, que fueron las siguientes:
- Joaquim Barbena i Carbonell
- Joaquim Barbena i Canals
- Joan Gomis i Carreras
- Joan Batlle i Comas
- Esteve Mont i Joan Murtra
La sociedad mataronina, conmocionada, se volcó a la hora de hacer donativos en metálico para socorrer a las familias damnificadas. La Sociedad de Pescadores, por su parte, emitió un comunicado que fue difundido por la prensa local y que decía:
"La Sociedad de Pescadores de la ciudad quiere demostrar su profundo dolor y hacerse eco del de toda la ciudad, celebrando solemnes sufragios por las almas de los desdichados compañeros. Tendrán lugar mañana jueves día 3, a las diez de la mañana, en la iglesia parroquial de Santa María, asistiendo todas las Autoridades locales. Los socios y familias de las mencionadas víctimas os invitan prometiéndoos eterno agradecimiento. Mataró, 2 de enero de 1924."
La gran nave de Santa María se llenó de principio a fin y los solemnes funerales fueron oficiados por el rector de la misma, en ese entonces el Doctor Josep Samsó i Elias, en un silencio sepulcral y con el corazón encogido.
Hacía poco más de diez años (el 31 de enero de 1911, a raíz de la tempestad conocida como de Sant Pau), que afectó, sobre todo, la costa catalana y también la valenciana con un balance estremecedor de 140 víctimas, todas pescadores, decenas de embarcaciones perdidas o dañadas, algunas de las cuales pertenecían al distrito de Mataró (llamadas "Colon", "La Havana", "Antonieta" y "Elena").
Joaquim Llovet, en su magnífico libro "Mataró" (que debería estar en todos los hogares mataronenses), señala algunos de los temporales históricos, mencionando el del 27 de octubre de 1882, más conocido en el universo pesquero como "temporal de Sant Simó", en el que perdieron la vida 7 pescadores. El de 1891, que provocó el naufragio de una barca, y el de 1895, al volcar el bote salvavidas, lo que costó una vida.
El oficio del arte de la pesca siempre ha sido un trabajo de alto riesgo y, a veces, como el que acabamos de recordar, hace justo un siglo, con la pérdida de seis vidas humanas. Que en paz descansen.
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