J. Salicrú

Toni Comín: 'La actual estructura de la Iglesia es antievangèlica'

El filósofo constata en una conferencia de Cristianismo Siglo XXI que la doctrina eclesial ha ido evolucionando durante la historia

El filósofo Toni Comín aseguró ayer martes día 15 en Mataró que la actual estructura de la Iglesia Católica choca frontalmente con los principios del Evangelio. Comín, que es también parlamentario del PSC, protagonizó una conferencia convocada por la asociación Cristianismo al siglo XXI, de carácter progresista dentro del marco eclesial, que traía por título El futuro de la Iglesia.

Ante un centenar de personas que llenaban la sala de actas del Casal de Sant Josep, el hijo del cristiano marxista Alfons Comín defendió que durante la historia de la Iglesia esta ha sido adaptando su doctrina en cada momento. Y que por lo tanto, la novedad sería que ahora no se hiciera. "Hace falta que la Iglesia adapte la democracia moderna cómo en su momento se adaptó a la monarquía de la Edad Media", dijo. A parecer suyo, este es una de las épocas en que la Iglesia está más desconectada de la cultura del momento.

El filósofo se ensañó especialmente en la moral familiar que promueve la Iglesia actualmente: "Me parece trágico que la aprobación del matrimonio gay se considere un gran desafío". Comín se preguntó porque la cúpula de la Iglesia tiene que decidir sobre sí es evangélico que dos hombres se estimen. "No tienen ningún monopolio ni tampoco la última palabra. Discutámoslo entre todos", reclamó. Justamente en otro momento de la conferencia el filósofo apuntó la necesidad de separar el dogma inicial católico -"Dios es amor"- de la doctrina católica en términos económicos, sociales y morales "porque una cosa es la revelación en sí y la otra una obra humana hecho a la luz de esta revelación". Así, Comín negó que el que ahora dice Ratzinger sea una revelación: "No está más aprop de Dios el Papa que un cristiano cualquiera", apuntó. Comín aseguró que hacía este discurso desde la más absoluta ortodoxia: "Es el Vaticano el que está inmerso en la desviación herètica", dijo con un punto de ironía.

En otro momento, el filósofo criticó que dentro de la actividad eclesial se mantengan ritos que no comunican: "Los ritos están hechos para comunicar cosas. Si no funcionan, los tenemos que adaptar". En este sentido se refirió al obispo emérito Pere Casaldàliga, que según él ha generado una liturgia capaz de dar sentido a todas las partes de la misa. Y en todo caso el filósofo afirmó que la religión no puede estar basada en los ritos y los sacramentos, porque estos se han convertido en actas sociales, sino que la verdadera "prueba del nuevo" por los cristianos es su aportación al que él dijo "restablecer la fraternidad". De todos modos apuntó que esto tampoco significaba reducir la fe a la lucha social.

En este sentido, el hijo del cristiano marxista Alfonso Comín reivindicó también la teología de la Liberación en la actualidad: "Todavía tiene sentido porque la mayoría de cristianos son pobres", dijo. Y Comín no se estuvo tampoco de reivindicar la política -uno de los ingredientes de esta teología- como "la mejor forma de caridad moderna".

Tres problemas
Comín fue claro y enumeró los tres problemas que, a su entender, dificultan enviar el mensaje inicial de la Iglesia -"Dios es amor"- a la sociedad: la incapacidad de traducir el dogma al lenguaje moderno, la participación de los cristianos dentro de la Iglesia y la falta de democracia dentro de la misma institución.

"La Iglesia no usa el lenguaje de la modernidad sino un lenguaje incomprensible, de forma que hay mucha gente que no nos entiende. Y decir cosas que no se entienden también puede ser una forma de heretgia. Tenemos que hacer comprensible el dogma", alertó en la línea de la necesidad de "ilustrar" la religión. Los retos pendientes se la Iglesia, según Comín, son el sacerdocio femenino, la abolición del celibato obligatorio, el ecumenisme y el diálogo interreligiós.

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