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Susto en Can Fugarolas con un intento de desahucio

Los colectivos de Can Fugarolas frenan la tentativa de la comitiva judicial, que acut con cerrajeros y seguridad privada al barrio de La Habana de Mataró

Can Fugarolas ha logrado frenar, este martes por la mañana, un intento de desalojo. Los diferentes colectivos de este equipamiento en el barrio de La Habana de Mataró estaban celebrando una asamblea cuando vieron llegar una comitiva judicial que, acompañada de efectivos de seguridad privada y matones, venía a cambiar cerraduras y tomar posesión del espacio. Las personas se opusieron y lograron hacer retroceder a la comitiva, quedando todo en un susto que vuelve a poner sobre la mesa la amenaza que pesa sobre este espacio, las personas que lo ocupan y trabajan, y lo que supone a nivel social y cultural en la capital del Maresme.

Miquel Lleixà, miembro de la asamblea de Can Fugarolas, explica que "en un primer momento nos asustamos, pero luego la aparición de la comitiva que venía a realizar el desalojo nos permitió presentarnos, les explicamos que tenemos documentación como diferentes contratos en regla y se ha suspendido lo que ellos llaman lanzamiento".

Ahora, Can Fugarolas tiene 10 días hábiles para presentar la documentación que los acredita como arrendatarios del espacio. La burocracia está en orden: Can Fugarolas tiene un contrato de masovería urbana firmado, paga los suministros o es su sede social y fiscal de diferentes entidades y empresas, o declara fiscalmente sus actividades. Por lo tanto, el proceso judicial auspiciado por la SAREB no puede seguir ignorándolos.

El intento de desalojo de este martes se temía desde hace tiempo, pero de alguna manera permite a Can Fugarolas participar en todo el proceso judicial derivado de la venta del espacio iniciada por la SAREB. "Parece mentira, pero se supone que hasta hoy la SAREB no sabía que nosotros estábamos dentro y que estábamos legalmente allí", explica Lleixà, quien estima que "decir que no sabían que había gente dentro, tener que demostrar que estamos allí, es kafkiano".

Más allá del nuevo plazo de 10 días para presentar documentación, desde la asamblea de colectivos esperan que esta nueva pausa permita ganar tiempo para una resolución por la que llevan meses trabajando intensamente y que permita salvaguardar el proyecto y los colectivos de Can Fugarolas en su espacio.

Can Fugarolas plantea comprar la finca.

"Lo que ha pasado hoy no altera nuestros planes y nuestra intención sigue siendo la de comprar el espacio", explica Lleixà. Precisamente la asamblea de Fugarolas interrumpida por la llegada de la comitiva judicial versaba sobre este escenario, que requerirá de un entendimiento múltiple en el que participe el Ayuntamiento de Mataró. Can Fugarolas plantea la adquisición del espacio mediante "todos los acuerdos que sean necesarios, incluso con la SAREB, que esperamos que retire de los juzgados la petición de desalojo", está estudiando posibilidades de financiamiento social para poder capitalizar esta compra y mantiene el contacto con el Ayuntamiento. La solución urbanística 'ad hoc' debería contemplar parte de vivienda social en la finca "siempre que parta de una filosofía opuesta a la especulación urbanística", según ha dicho Lleixà.

La pelota, por lo tanto, se juega en dos terrenos de juego diferentes. El judicial, con el equipo contrario haciendo acto de presencia este martes, y en el político, gubernamental y urbanístico, todos esperando una solución a medida para un equipamiento importante para la cultura mataronina.

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