Josep Monte Plano, opinión
Josep Monte Plano, opinión

Sobre la Biblioteca, Garcia Oliver y los nombres de muertos

Josep Puig Pla reflexiona sobre el nombre de los equipamientos y espacios públicos, cómo la tercera biblioteca

Los últimos días a Mataró estamos en un baile de nombres. Propuestas para denominar campos de fútbol, polideportivos, bibliotecas y pronto quizás otras equipamientos. La pregunta es: Cómo se tienen que denominar los espacios y lugares de uso público (se entiende los de titularidad municipal)? Cómo se tiene que decidir? Si se les da nombres de persona para homenajearlas, tienen que ser vivas o difuntas? Tendría que haber pasado un tiempo desde su muerte?

Primero ha sido la biblioteca de la antigua Caja Laietana, denominada simplemente "Popular", que es un adjetivo pero no un nombre. El julio de 2016 el Club de Opinión Jaume Llavina, con la firma de M. Rosal Trilla y del traspasado Pere Solà se dirigió a la Fundación Iluro proponiendo dar el nombre del patricio Josep Garcia Oliver (1834-1883) a la biblioteca. El año siguiente la misma entidad, con la adhesión otras asociaciones, hizo la misma petición en el Ayuntamiento, cuando parecía inminente el traspaso.

Finalmente el octubre de 2020 Agrupación Científico-Excursionista, Amigos de Can el Arenas, Amigos de la Ciudad, Aulas Sénior, Centro de Estudios de Arqueología e Historia, Museo Archivo de Santa Maria, Òmnium Cultural Maresme y el mismo Club Jaume Llavina reiteraron la petición presentando un amplio dossier que incluía una nota biográfica de Garcia Oliver y dos trabajos publicados sobre el personaje por los estudiosos Francesc Enrich y Regàs y Montserrat Gurrera, además de la referencia del libro biográfico de Garcia Oliver escrito por Francesc Costa y editado por el Ayuntamiento. El dossier fue librado en mano al alcalde David Boto por representantes de las entidades firmantes en una entrevista personal.

Josep Garcia Oliver fundó el 1854 la Sociedad de Amigos de la Instrucción (conocida después como Ateneo Mataronés), el 1863, la Caixa de Ahorros de Mataró y el 1866, la Biblioteca Popular, la primera de estas características de Cataluña y España. Este hecho tendría que ser un orgullo por Mataró. Cómo lo sueño haber tenido el primer tren, algunos de los primeros vapores y de las primeras cooperativas. La Biblioteca Popular con el tiempo aconteció el gran equipamiento que hemos conocido, por dimensión, fondo bibliográfico y documental, la importante colección local y número de personas usuarias.

La propuesta en favor de Garcia Oliver ha recibido otros apoyos destacados. De Manuel Mas, exalcalde de la ciudad y exdiputado al Congreso, cargos que también ocupó Garcia Oliver. Y de Merced Bosch, Maria Elvira Silleras, Carme Mayol y Amadeu Pones, cuatro profesores de la Facultad de Información y Medios Audiovisuales de la UB –anteriormente denominada Escuela de Biblioteconomía y Documentación-, dos de las cuales han sido directoras de la mencionada escuela y dos además antiguas trabajadoras de la Biblioteca Popular, haciendo una propuesta muy razonada abonando el nombre de Garcia Oliver, uno de los personajes más grandes de la historia de Mataró, si valoramos –además de la creación de la biblioteca– su apoyo a la cultura, a la instrucción de las clases trabajadoras (tan desatendidas aquellos años) y al fomento del ahorro, cuando los sistemas de previsión social no existían.

Qué nombre es más acertado para denominar el equipamiento? Extraña que en todo el tiempo que se ha negociado el traspaso en el Ayuntamiento no haya salido su nombre. Y que la Fundación Iluro, que gestiona equipamientos y servicios, herederos de la Caixa Laietana y de las iniciativas de Garcia Oliver, no lo haya defendido. Sin Garcia Oliver, la Fundación Iluro y el patrimonio que recibió no existirían. Me querría equivocar, pero parece que no quieran que se los asocie a la caja de ahorros por el final accidentado que tuvo.

Por otro lado el Ayuntamiento ha aprobado el nombre de Antonio Jiménez para el campo de fútbol de Cereza, por unanimidad municipal, y el de Remigio Herrero ( Reme) para la pista polideportiva de Cerdanyola, en este caso con división de opiniones. Un hecho ciertamente lamentable, que se tendría que haber evitado. Se ha suscitado el debate de qué tiene que ser el procedimiento más adecuado a seguir. Si es suficiente la propuesta de un Consejo de participación, sea sectorial (Deportes) o territorial (Cerdanyola), o si tendría que pasar por la Comisión del Nomenclador.

El reglamento de esta comisión establece que "tiene como finalidad tratar los temas que hacen referencia a la elaboración, actualización y aplicación del Nomenclador de la ciudad". No especifica que tenga que informar sobre nombres de equipamientos o espacios municipales que no sean vials públicos (plazas y calles). Siempre se ha entendido que se refería solo a vías urbanas y así se ha aplicado. Pero tampoco lo prohíbe. En alguna ocasión se le ha llevado a consulta algún nombre, tal como lo recuerdo como miembro de la comisión desde hace años.

El otra cuestión a considerar es si es conveniente posar nombres de personas finadas de fecha reciente. El Ayuntamiento de Barcelona tiene el criterio de esperar cinco años desde su defunción. Si bajo el impacto emocional de una muerte se decide dar el nombre de una persona a un espacio público, puede pasar que al cabo de un tiempo se vea el homenajeado con una perspectiva muy diferente. Hecho que no sería el caso de personajes tan valorados por la ciudadanía cómo los recordados Antonio Jiménez y Remigio Herrero.

Archivado en:

Comentarios (9)