Antonio Rodríguez habla de la visita de Marcelino Camacho en Mataró
Antonio Rodríguez habla de la visita de Marcelino Camacho en Mataró

La prisión Modelo de Barcelona

Antonio Rodríguez Avellaneda rememora su paso por la Modelo durante la represión franquista y la necesidad de seguir luchando y militando por la libertad y la democracia

La Modelo de Barcelona, con este nombre es conocida la antigua prisión provincial. También eran conocidas con el apelativo de "modelo" la mayoría de las prisiones españolas durante el abominable régimen franquista. Yo, que he tenido la oportunidad de visitar algunas por diferentes motivos, no acabo de comprender por qué las llamaban así.

Ya con tan solo diecisiete años, en Granada, la provincia donde nací, fui condenado a treinta días de reclusión en mayo de 1961, acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal, aunque la condena fue sustituida por una multa de 25,000 pesetas, que en aquellos tiempos equivalía a unos dos años de trabajo. Por aquel entonces, yo cobraba 250 pesetas semanales. Pero hablaremos de la Modelo de Barcelona, en la que estuve recluido. Esta prisión, durante los cien años que estuvo funcionando, tenía fama de ser un lugar siniestro, con infinidad de sitios dedicados a hacer la vida imposible a todos los presos que tenían la desgracia de caer en manos de los funcionarios que trabajaban allí, casi todos falangistas y afines fanáticos al régimen surgido después de la derrota republicana de 1939.

Fueron miles y miles los catalanes y las personas llegadas de otros lugares de España que sufrieron durante el franquismo la privación de libertad en la Modelo de Barcelona. Y al menos hasta los años setenta del siglo pasado, la situación era igual o peor que en las prisiones del Tercer Mundo que vemos en algunas películas. En cada celda había un váter y un lavabo, y los platos de comida servían también como improvisados tanques, ya que teníamos que llenarlos de agua después de cada uso del váter para poder limpiarlo. Como se puede imaginar, entre los presos no había la más mínima intimidad.

En esos años, la mayoría de los presos políticos eran miembros del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) y de las Comisiones Obreras (CCOO). Grandes dirigentes comunistas como Gregorio López Raimundo, Miguel Núñez, Cipriano García o Jordi Solé Tura, uno de los llamados padres de la Constitución, sufrieron prisión en ese centro, algunos varias veces entre los años cincuenta, sesenta y setenta. En 1969, cuando la dictadura ya era incapaz de detener las oleadas de huelgas y manifestaciones que organizaban los comunistas y las combativas CCOO, se decretó el Estado de Excepción durante tres meses. En este periodo, el régimen creía que las fuerzas represivas tendrían tiempo suficiente para destruir el movimiento obrero y el conjunto de la oposición, hegemonizada por el PSUC en Cataluña y por el PCE en el resto de España.

En Cataluña, muchos centenares de personas fuimos detenidas, y antes de llevarnos a la Modelo, en las mazmorras de la comisaría de Via Laietana, edificio aún existente de la Prefectura Superior de Policía, éramos interrogados y torturados. Los insultos y vejaciones, así como los golpes de toda índole, eran practicados por los esbirros de la Brigada Político-Social con absoluta ira y maestría, ya que habían aprendido muy bien las enseñanzas de la Gestapo alemana. Cuando los detenidos éramos trasladados a la Modelo, y después de pasar el periodo de aislamiento al que todos estábamos sometidos, nos relacionábamos con los compañeros que ya llevaban más tiempo encarcelados en ese lugar. Llegar a la Modelo después de salir de los calabozos de Via Laietana, aunque parezca extraño, representaba un alivio.

 

Alguns militants veterans de Mataró, de visita a la Model
Algunos militantes veteranos de Mataró, de visita a la Modelo

Por muchas detenciones que se llevaran a cabo, en las empresas se seguía luchando y en las calles las manifestaciones iban en aumento. La gente era consciente de que el régimen fascista de Franco cada vez estaba más agotado. En muchos países europeos, donde la emigración de trabajadores españoles era importante, se organizaban todo tipo de protestas para exigir el restablecimiento de las libertades democráticas y la consecuente libertad de todos los presos políticos. A Franco aún le quedaban casi seis años de vida y quería despedirse de este mundo haciendo el máximo mal posible al conjunto del pueblo español.

En el interior de la Modelo no permanecíamos inactivos, ya que organizábamos todo tipo de actividades: desde cursillos de formación política hasta la práctica de diversos deportes, como fútbol y tenis, utilizando pelotas de trapo que conseguíamos a través de algunos presos comunes que trabajaban en los talleres. En las prisiones, los presos políticos del franquismo no perdíamos el tiempo: algunos habían entrado siendo casi analfabetos, mientras que al salir eran auténticos intelectuales y dirigentes políticos de talla. Es buena prueba de ello el caso del inolvidable Cipriano García, que llegó a ser elegido diputado en tres ocasiones, dos en el Congreso y una en el Parlamento de Cataluña.

Después de la declaración del Estado de Excepción, las detenciones en Mataró comenzaron con la Juventud Comunista de Cataluña (JCC). La mayor parte de la dirección de esta organización fue detenida, entre los cuales estaban Ramón Morales, Antonio García y Manuel López. Tras estos jóvenes, en nuestra ciudad nos tocó el turno a los miembros de la dirección del PSUC y a la totalidad de la coordinadora de CCOO. Pero al recobrar la libertad, después de dos meses de prisión, salimos enfurecidos y dispuestos a seguir luchando hasta alcanzar nuestros principales objetivos: la libertad y una auténtica democracia.

Termino este artículo declarando que seguiré luchando hasta el último día de mi vida y que nunca olvidaré que detrás de las rejas de la Modelo de Barcelona vi por primera vez caminar a mi hija Silvia, durante una de las comunicaciones que recibí, en marzo de 1969. Solicité permiso a uno de los funcionarios para saludar a mi esposa y mi hija, de apenas trece meses, y este me fue totalmente denegado.

Desde la transformación de la Modelo en un espacio memorial, he tenido ocasión de visitarla en dos ocasiones, junto con otros militantes que estuvimos recluidos durante la dictadura. Hace algunas semanas, regresé para grabar unas entrevistas con otros veteranos militantes de Mataró. Volver a pisar esos pasillos, entre esas paredes, te lleva inevitablemente a recordar momentos vividos allí luchando por la libertad y la democracia en nuestro país, junto con tantos otros militantes antifranquistas.

El próximo martes, día 6 de febrero, a las 19 horas, tendré la oportunidad de participar, junto con el compañero Ramón Morales, en una concentración reivindicativa frente a la comisaría de Via Laietana, en Barcelona, como se hace habitualmente en los últimos meses, para reivindicar que este edificio de triste recuerdo se convierta en un centro de interpretación y memoria de la represión franquista. Seguiremos denunciando a los torturadores, las torturas, las vejaciones y la represión que sufrimos. Este modelo de sociedad es hacia donde nos quieren llevar la derecha y la ultraderecha de este país. Aunque no lo conseguirán, estoy seguro.

2024 02 06 Concentracio comissaria Via Laietana amb Ramon Morales i Antonio Rodriguez
Concentración comisaría Vía Laietana con Ramon Morales y Antonio Rodriguez

 

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