ROM 2773
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Ni la lluvia puede con The Tyets en un concierto desbordante

La lluvia aparece y vacía un Escenari Espigó insuficiente después de los enésimos fuegos para enmarcar de la Pirotecnia Tomás

Patrocini

Unas 25.000 personas asistieron de entrada, pero el sonido y los accesos eran insuficientes

La lluvia, compañera empipadora de Les Santes ya casi como tradición, quiso hacerse la importante y este 2023 venir a intentar tirar agua al vino de la jornada principal, la fiesta del 27 de julio. Primero paró el la Passada en la mitad, obligando figuras a esconderse en garajes y locales. Fue nada, pocos minutos. Más "torracollons" fue el aguacero puntual pero persistente, corto pero intenso que a los pocos minutos de empezar el que tenía que ser el gran concierto de estas Santes acabó por atrasarlo cerca de una hora y enviando a casa sin hits de los The Tyets además de la mitad de los congregados.

Pero ni la lluvia puede con The Tyets , están cómo están y siendo quién son sabiéndose en casa. Organización y grupo aguantaron, miraron el radar y vieron que la lluvia caducaría y con uno mutes extraño (en lugar de anunciarlo más, ni siquiera por redes) hicieron buena la espera paciente de los que usaban toallas por paraguas y a la una y media recomenzaba el concierto. había menos de la mitad de público que al primer tramo, pero el grupo quería rematar el 27 en casa y disparó toda la artillería (del fundacional Santrap al último 'viscaa' del Coti x Coti) para goce de los más creyentes, que se habían quedado.

Y quizás por la lista de canciones o el espectáculo alguien dirá que fue un concierto más de The Tyets. Pero también un poquito más. había más emoción, más comentarios, más sonrisas. Acabó reinando el agradecimiento por no haber suspendido, el toque travieso de haber ganado a los elementos y la sensación placiente que el 27 no podía acabar de cualquier manera. Más fuegos, mientras abajo miles de personas bailaban rupestrament y entusiasta la famosa sardana hit, remataron el concierto. Fue un fiestón que acabó incluso con el Bequetero, a pesar de que se la perdiera demasiada gente.

Escenario desbordado

I justo es decir que el que antes de las gotas había quedado claro era que el Escenario Espigón, además de aquel curioso giro de soslayo cómo estaba enfocado, era claramente insuficiente al éxito y la envergadura de Tyets. Descubierto, por lo que a las tres gotitas ya pararon el concierto. Con los accesos complicadamente saturados, con la barra exigua y muchísima gente (muchas familias) viendo literalmente imposible 'bajar' a la arena. Y con el sonido muy focalizado de forma que la parte del Paseo Marítimo y el primer trozo, bajando, del antiguo náutico no se sentía bien. Se habla de 25.000 personas al concierto: la playa de Mataró es bastante generosa cómo para encontrar mejores condiciones de espacio por un acto que se sabía que sería masivo.

Gloria a la Tomás

La noche abajo a mar había empezado cómo es preceptivo, con los fuegos allá donde tienen que ser y dónde ganan, donde son de toda la ciudad que se congrega, borde mar y ayer en medio de unas rachas de viento impresionante que presagiaban que el cielo haría de las suyas. A las once y durante 17 minutos, la Pirotecnia Tomás volvió a hacer de las suyas. Muy material, mucho color, momento de fachadas enteras para enmarcar, el típico momento de las palmeras o juegos de colores. Mientras el viento se iba tirando bravo, la Tomás iba y volvía. Y después del letrero del 'Glòria a Les Santes' no quiso esperar y disparó un estrépito final marca de la casa que entusiasmó la gente, a la arena y al paseo, donde todos los mataronins valen el mismo y miran hacia el mismo espectáculo.

Un buenos Fuegos de una Pirotecnia, la Tomás de Benicarló, que acabará ganándose un lugar al nomenclador local. Ve que el día que hayamos de hacer la avenida de la Tomás esta no vaya a estallar al callejón de los Tyets...

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