Capgròs
Guillermo Cisneros, director ejecutivo de ESADE Madrid, es uno de los muchos mataronins afincats en Madrid que ha vivido con desolación la triste jornada del 11 de marzo. "No hace falta preguntar a nadie, se nota a las caras de la gente el drama que se está viviendo. Algunas personas relacionadas con nuestra organización se han salvado de milagro, y profesionales de compañías con las que col•laborem han perdido familiares. No hay que añadir muchas cosas más. Son momentos muy tristes", ha explicado a través de un correo electrónico.
Teresa Jimenez, una maestra de la escuela público de Dosrius, tiene varios parientes en Madrid que le han trasladado la imagen de confusión que se vive en la capital. "Me dicen que todo el mundo va con la radio a la oreja. Que se vive una sensación de indignación muy grande". Una prima de esta maestra está fuertemente compulgida porque su hija podía haber sido entre las víctimas. "Cada día coge el tren de Atocha pero su universidad está de huelga, por eso hoy no iba, sino podría ser muerta".
Otro estudiante de Madrid, Barbara Saavedra, pariente de una periodista mataronina, ha explicado que cuando ha sabido la noticia se ha quedado en casa porque le ha dado miedo coger el metro. "Madrid está bajo un estado de choque", ha dicho un testigo directo.
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