Mataró redibuja las dos manzanas contiguas al 'no Corte Inglés'

Una nave industrial protegida para acoger equipamientos, otra nave para vivienda, una plaza abierta y locales comerciales y por usos terciarios conforman la propuesta sobre plano del nuevo planteamiento urbanístico aprobado para las dos manzanas de casas de sobre el solar que tenía que acoger el Corte Inglés de Mataró , el de Can Fàbregas y de Caralt. La nueva propuesta mantiene el objetivo de transformar suelos industriales en desuso y contribuir a crear una nueva centralidad de la ciudad potenciando el carácter comercial.

Se prevé mantener la nave Fontdevila y Torres como equipamiento y preservar otras edificaciones como recuerdo del pasado industrial de Mataró. También se mantienen dos edificaciones industriales más en el mismo ámbito, que tienen los mismos valores constructivos de la arquitectura industrial del siglo XIX e inicios del XX –las aperturas verticales, los pilares de forja, las vueltas atirantades o las encaballadas, entre otros–, y admiten su rehabilitación integral o en parte para acoger nuevos usos y convivir con las nuevas edificaciones.

El Pleno aprobó inicialmente la modificación puntual del Plan General de Ordenación para empezar a redibuixar toda la zona después de la sentencia del TSJC que inhabilitó toda la operación alrededor de la reconstrucción de Can Fàbregas a la esquina de las calles de Miquel Biada y de Tetuan.

El ámbito afectado comprende la mayor parte de las parcelas delimitadas por las calles de Miquel Biada, Tetuan, Diego de Velázquez y la ronda de Joan Delgado, separadas en dos islas por la calle de Francisco de Goya. Es un espacio de 16.977 m2 de superficie de suelo. La propuesta quiere transformar suelos industriales en desuso a usos residenciales y terciarios, igual que contemplaban los planeamientos urbanísticos anteriores del sector impulsados por el Ayuntamiento.

Qué incluye el nuevo planeamiento del sector?

"Estirar" el Centro

El objetivo principal es crear, junto con el ámbito vecino de la isla de Can Fàbregas y de Caralt, una nueva centralidad para la ciudad en sintonía con las directrices del Plan de Impulso del Centro. Así, el Centro se estira, creando una puerta de entrada desde el cruzamiento de la calle de Miquel Biada con las rondas y la Vía de Europa, potenciando el eje Santo Benet – Plaza de las Tereses – Sant Josep y aprovechando la proximidad con los entornos del mercado de la plaza de Cuba.

Son también objetivos de la nueva ordenación integrar el ámbito en el entorno y en el desarrollo futuro de la isla de Fàbregas y de Caralt, donde el proyecto inicial para implantar un centro comercial está en fase de revisión; conseguir más suelo público para parques, jardines y equipamientos; generar vivienda de protección oficial, y propiciar el mantenimiento, rehabilitación y nuevas funciones de algunos de los edificios industriales existentes, que quedarán integrados con las nuevas edificaciones para generar un paisaje urbano que recuerde el pasado industrial de la ciudad.

La protección oficial, en la calle de Goya

La nueva propuesta mantiene el índice de edificabilidad de los anteriores planeamientos y la distribución de usos: un 75% para usos residenciales (19.136 m2 de techo) y un 25% a usos terciarios (6.378 m2 de techo). El 30% de las nuevas viviendas estarán destinados a protección oficial y se ubicarán en una nueva edificación con fachada a la calle de Francisco Goya. La ejecución del planeamiento se desarrollará mediante el sistema de actuación urbanística de reparcelación, en la modalidad de cooperación. Los propietarios afectados tendrán que asumir las cargas urbanísticas vinculadas a la transformación del ámbito, así como hacer la cesión gratuita y libre de cargas del 10% del aprovechamiento del polígono de actuación y del suelo de los sistemas urbanísticos de nueva creación correspondientes.

Después de la aprobación inicial por parte del Pleno, el nuevo planeamiento tiene que superar un periodo de exposición pública de 30 días desde la publicación al BOP. El documento volverá al Pleno para su aprobación provisional y el visto bueno definitivo corresponderá a la Generalitat.