Mataró luce La Prisión un año después de estrenarla

Mataró hizo gala de uno de sus edificios más singulares en un fin de semana consagrado a La Prisión. El antiguo penalti pensado por Elies Rogent ya hace un año que acoge la actividad del Mataró Arte Contemporáneo y sus proyectos residentes y relacionados pero todavía no había terminado las últimas obras de accesibilidad. Hechos estas y coincidiendo con el primer cumpleaños de la posta en funcionamiento como espacio consagrado al arte contemporáneo, tocaba inauguración con todos los eres y uts.

Obviamente no era esta una inauguración más. Quienes concurrieron la conocían, La Prisión. Mataró sabe que la tiene allá, palplantada a media Riera, a tocar de la Muralla que le coge el nombre. El ali·licient en este caso era doble: por un lado las nuevas obras que permiten que el equipamiento pueda funcionar y también un acceso a la cubierta que permite una vista espectacular del patio panòptic, la gran característica arquitectónica de esta obra a las beceroles del modernismo. Más allá de esta vista, las obras posibilitaban comprobar que a La Prisión todavía le queda un primer piso para definir usos.

Se conoce que será todo por el MAC, pero todavía no está definido (y harán falta más obras de adecuación) si unas celdas serán para residencia de artistas y otras para despachos o muy bien cómo se resolverá. Que sea una joya, todo el edificio, también tiene explícitos legales cómo que no se pueda tocar ninguna pared: el arte que tenga que caber a la nueva vida de La Prisión se las habrá con las paredes, celdas y condiciones del antiguo penalti.

Artistas el sábado, el ministro domingo

Todo el fin de semana fue de tragí y visitas en La Prisión. Con Gisel Noé, directora del MAC haciendo de anfitriona hubo una visita especial de artistas mataronins el sábado. Pudieron hacer el voltio e interesarse por un equipamiento al servicio del arte en pleno eje Riera, muy bien a la yema del huevo.

El día siguiente el turno fue para la ciudadanía y para una comitiva oficial de la que cayó la Consejera de Cultura pero que contó con el Ministro de Cultura y Deporte Miquel Iceta. Una comitiva atenta a otra explicación y visita que, cómo el resto de ciudadanía, se embobó de las vistas y la experiencia de transitar por donde lo hacían tomados y reprimidos y que ahora acontece espacio de creación e investigación contemporáneas.Para aliñarlo, había pan con vino y azúcar. Más ancestral y a la vez contemporáneo imposible.