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V. B.

Los pisos ocupados de Pla de en Boet, una promoción pública quiebra

A pesar de haber lista de espera muchos pisos han quedado vacíos porque nadie los quería, y esto ha permitido la ocupación ilegal

De aquel polvo vienen estos barros. Las 94 viviendas de protección oficial promover por la Generalitat al Plan de en Boet, repartidos en cuatro bloques entre Torre Llauder y la comisaría de los Mozos, se inauguraron hace tan sólo seis años pero hoy son un auténtico desastre. La ocupación ilegal de más de una decena de pisos vacíos ha derivado en actividades delictivas -tráfico de drogas, robos a trasteros- y ha hecho imposible la convivencia vecinal. Pero las razones de los actuales problemas de seguridad y de convivencia radican en las deficiencias de base que presentaba la promoción en sí: viviendas uniformes -casi un centenar de pisos prácticamente idénticos-, demasiado pequeños -menos de 50m2- y con un mantenimiento deficiente, hecho denunciado por los propios vecinos. A pesar de las deficiencias del actual mercado de la vivienda, hoy casi nadie quiere uno de estos pisos. Cuando menos, legalmente. 

"La gente se apunta a la lista de espera para acceder a los pisos pero a la hora de la verdad no los interesa", reconocen fuentes de Adigsa, la empresa pública de la Generalitat que gestiona los pisos, construidos por el INCASOL. "Nos cuesta mucho llenar los que quedan vacíos", añaden. Son un total de 94 viviendas, con superficies entre 40 y 43m2, de una sola habitación y con una plaza de aparcamiento y un trastero vinculados. Se inauguraron en 2009, con la presencia del entonces presidente de la Generalitat, José Montilla. Las viviendas son para menores de 35 años, en alquiler de máximo 5 años, entre los 315 y los 335 euros mensuales, pero el precio ha ido bajante.

En Cristian, que vivió en uno de estas viviendas durante un año y medio - marchó cuando empezaron las ocupaciones ilegales-, recuerda que accedió al alquiler a través de un nuevo concurso público realizado el 2012. "Se sorteaban unos cuarenta pisos, y éramos más de 100 aspirantes. No entiendo porque cuando quedaron vacíos no llamaron a quienes estaban a la espera", afirma. Desde Adigsa explican que sí que se hizo, pero que la respuesta fue mayoritariamente negativa. En el primer sorteo realizado, en 2009, se presentaron un total de 226 solicitudes, pero sólo se admitieron 122 porque 104 no reunían los requisitos. 30 de los adjudicatarios, finalmente, renunciaron ya en esta primera convocatoria.

Una promoción uniforme
La promoción de la INCASOL incumplía uno de los preceptos básicos en toda promoción inmobiliaria: combinar diferentes tipologías de viviendas para atraer compradores o locatarios de perfiles variados. 94 pisos idénticos impiden ningún tipo de flexibilidad en este sentido. Hace seis años este modelo tenía más sentido, puesto que la situación del mercado inmobiliario era bastante diferente al actual, con precios encara muy disparados y una población con la capacidad adquisitiva muy reducida por la irrupción de la crisis. La necesidad de habilitar tantos pisos como fuera posible para jóvenes que quisieran emanciparse empujó a este modelo, que hoy ha quedado obsoleto porque el mercado libre ofrece mejores oportunidades de alquiler.

En la reunión del pasado martes el Ayuntamiento planteó a Adigsa la posibilidad de derrocar tabiques para convertir dos pisos en uno sólo con una superficie superior a los 80 m2, y dotar así de más variantes a la promoción. Desde la empresa pública afirman que lo estudiarán, pero que el coste de esta opción es "muy elevado". El miedo del consistorio y de los vecinos es que los episodios de ocupación se repitan en el futuro a pesar de que se resuelvan los actuales (hay trece procedimientos judiciales abiertos).

Hartos de los problemas de convivencia
En Cristian decidió marchar en febrero de 2014, después de un año y medio viviendo en uno de los pisos de esta promoción. "El piso del lado traía meses vacío, hasta que decidieron ocuparlo", recuerda. Recuerda que entraron por el balcó y rompieron los vidrios. De aquella primera ocupación surgieron varias más. "Hacían el que querían, y cómo que la Generalitat pasaba de todo, decidí que mejor marchar", recuerda en Crístian. Las denuncias vecinales por carencia de mantenimiento del inmueble ya venían de años anteriores, con problemas de humedades y otros desperfectos no resueltos. Pero se acentuaron cuando empezaron las ocupaciones ilegales, puesto que todos coinciden al decir que nadie ha movido un dedo hasta ahora para pararlas.

"Muchos vecinos del bloque han marchado porque la convivencia es insostenible", explica uno de los residentes actuales a los pisos del Plan de en Boet, que como el resto de vecinos prefiere mantenerse en el anonimato. Trae tres años viviendo, en un piso del bloque norte, que da en la calle Sant Cugat. Los problemas más graves, apunta, se producen en los bloques del sur, donde hay la mayoría de pisos ocupados. Denuncia que Adigsa "se ha desentendido" de todo, a pesar de que los vecinos han sido víctimas de robos a los trasteros y han visto como los ocupas traficaban con drogas. pinchaban las conexiones de agua, luz y gas, o subarrendaban los pisos ocupados. "Aquí no entendemos cómo es que pisos como estos, con pàrking y trastero por sólo 300 euros, trajeran tantos meses vacíos", reitera el vecino, que también lamenta que los vecinos no se atreven a denunciar por miedo a represalias .

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