E. Castarnado

La Virgen de Rocío, de pastora

La figura va adornada este año de una forma especial siguiendo una tradición adoptada por algunas 'Romerías' de país cada siete años

Los mataronins que se acercaron el pasado domingo, a la primera procesión de la Romería 2005 ya pudieron observar que la Virgen de Rocío iba ataviada de una forma especial. Concretamente, la figura había cambiado sus ornamentos habituales, como la aureola, por un sombrero de pastora. La explicación de esta transformación se remonta a una tradición que ha marcado la Romería andaluza desde el siglo XVII.

La Blanca Paloma descansa habitualmente a Rocío, una villa que se encuentra dentro del término municipal de Almonte y que creció en torno a la ermita de Nuestra Señora de Rocío. A lo largo de la historia, los habitantes de Almonte, han reclamado la presencia de su patrona, la Virgen, para hacer frente a sequías, epidemias o como acción de gracias.

Los llamados “traslados”, que esporádicamente transportaban la figura por los quince kilómetros que separan Rocío de Almonte, se empezaron a regularizar a partir de 1949. Según ha explicado Paco Luque, “la costumbre se impuso en la época de Monseñor Cantero Cuadrado”, primer obispo onubense.. De este modo, la Blanca Paloma visita los vecinos de esta localidad andaluza en agosto, un golpe cada siete años. La figura llega al municipio a primera luz y resto a la parroquia durante nuevo meses, a lo largo de los cuals es visitada por las diferentes germandats Rocieras que se dirigen a Almonte a rendirle un solemne homenaje.

En estos viajes periódicos, la Virgen se cubre la cabeza con un sombrero de pastora que la protege del polvo del camino. Esta costumbre se ha extendido a varias Romerías del país -como es el caso de Mataró- que, de manera simbólica, han adoptado la costumbre de vestir la Virgen de pastora cada siete años. “Es un aspecto muy sagrado por los rocieros, porque es una elemento directo de la tradición andaluza”, ha comentado Paco Luque.

‘Rocío Chico'
Los traslados de la Virgen a Almonte, coinciden con la celebración del llamado Rocío Chico, que también tiene lugar durante el mes de agosto, a pesar de que esta fiesta tiene lugar anualmente. Es una procesión que conduce los habitantes de Almonte a visitar la Blanca Paloma, denominada también la Reina de las Marismas, a la villa de Rocío. El acto es una acción de gracias a su patrona raíz de una prometida colectiva que hicieron los ciudadanos el siglo XIX. Corrían los tiempos de la invasión francesa, y Almonte se encomendó a la Virgen para luchar contra las tropas napoleónicas.

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