Marta Iborra

La Riera de las desavenencias

Las nuevas medidas de circulación se han convertido en el eje principal de las críticas de vecinos, comerciantes y padres del Corazón de Maria

La conversión en zona de peatones del tramo central de la Riera y la consiguiente entrada en funcionamiento de las nuevas medidas de circulación del centro está generando bastante controversia entre vecinos, comerciantes y padres de la escuela del Corazón de Maria. El tramo situado entre la calle Sant Josep y la Muralla de la Prisión es ahora una hipotética zona de peatones. El acceso del tránsito ha quedado restringido sólo a los residentes y se han establecido unos horarios de carga y descarga. Pero tres semanas después de la inauguración de la Riera, estas medidas no son del gusto de todos los ciudadanos.

Las primeras quejas surgieron de los padres y madres de la escuela del Corazón de Maria, situada en este tramo central de la Riera. La reurbanización los impedía –en principio– acceder en coche hasta el centro. Ante esto, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo para bajar las pilones de la calle Sant Josep durante quince minutos a las horas de entrada y salida de la escuela: de la una menos cuarto a la una y a partir de las tres menos cuarto de la tarde.

Un mediodía normal, pues, pueden llegar a acceder a la Riera hasta una treintena de coches en sólo un cuarto temprano. Esto no gusta nada a los vecinos, que ya han pedido en el Ayuntamiento que garantice que el nuevo tramo reurbanizado sea realmente peatonal.

Horarios demasiado amplios
Esta concesión horaria a los padres de la escuela del Corazón de Maria es uno de los principales problemas detectados por la Asociación de Vecinos de Mataró Centro. La salida de vehículos del aparcamiento de rotación o los horarios de carga y descarga, que consideran demasiado largos, son otros aspectos criticados por los vecinos.

Ante esto proponen que se reduzcan estos horarios. También piden que el Ayuntamiento negocie con la empresa concesionaria del aparcamiento porque pase a ser de uso exclusivo para los residentes y, por último, proponen la creación de un camino escolar porque los alumnos puedan acceder a pie.

«Nosotros el que vemos es que la zona de peatones tiene que estar libre de coches, y donde la gente pueda andar tranquila. Ahora mismo esto no pasa. Desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde –sacado de una del mediodía a tres de la tarde– por la Riera circulan vehículos, ya sea por las operaciones de carga y descarga como por los padres que van a recoger sus hijos a la escuela», explica Carles Trincher, presidente de la entidad vecinal.

Sí al aparcamiento
La Unión de Tenderos de Mataró se ha mostrado totalmente en desacuerdo con las críticas y propuestas que hacen los vecinos. Consideran que el aparcamiento cumple una función de proximidad con el comercio, y que por lo tanto, es necesario.

En cuanto a los horarios de carga y descarga, Josep Filbà, secretario general de la Unión de Tenderos, asegura que muchos comerciantes han pedido que se amplíen las horas de acceso. «Se tienen que mirar las necesidades de unos y otras. La Riera, como eje comercial de la ciudad, no puede tener el mismo tratamiento que un parque o una zona verde. La Riera es la que es porque hay comercio. No se la puede matar», concluye Filbà.

Por comodidad
Los padres y madres de la escuela del Corazón de Maria también se han mostrado muy críticos con la Asociación de Vecinos. Son pocos los que reconocen que acompañan los hijos en coche por motivos de comodidad. La mayoría asegura tener argumentos de peso para hacerlo como por ejemplo ir con el tiempo justo o vivir lejos de la escuela.

Algunos padres incluso acusan los vecinos de insolidarios. «La comodidad que pueden tener ellos también la puedo tener yo, que por eso pago los mismos impuestos en el Ayuntamiento», critica Yolanda Porras.

Desde el Ayuntamiento, ya se están buscando soluciones en el tema. El regidor de Movilidad, Fermí Manchado, explicó –en el decurso del pleno del mes de marzo– que se están haciendo reuniones con la Asociación de Padres y Madres del centro para estudiar la posibilidad de poner un autobús de transporte escolar. También se prevé la alternativa de salir adelante el citado camino escolar, porque los alumnos puedan ir a pie hasta el Corazón de Maria.

Aún así, Manchado tira una advertencia: «En cuestión de dos años, la calle estará totalmente cerrada, excepto en las horas de carga y descarga ya establecidas actualmente. Los quince minutos que los hemos concedido ahora se eliminarán, y todos nos tendremos que acostumbrar», afirma.

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