Jessica Pujol/Joan Salicrú

La presencia de unos indigentes crispa los nervios a los comercios del centro

Los bares de la zona recogen firmas para pedir al Ayuntamiento que actúe con contundencia

En medio de cualquier ciudad económicamente desarrollada es habitual encontrarse indigentes durmiendo por las calles, bebiendo alcohol y molestando los peatones. Mataró no es una excepción y desde hace tiempo la banda alta de la plaza de Santa Anna, la que toca con la Muralla de Sant Llorenç y La Riera lo ocupan un grupo de estas características que ha hecho saltar la alarma entre los vecinos y los comercios por las molestias que ocasionan: “Se ponen con los clientes, los insultan, se los piden dinero, hay una mujer que se desnuda, la otra se mea...", relata Cate Trinidad, una de las responsables del Classic Coffee, el local que ocupa gran parte de la plaza de Santa Anna. "Ya no los dejo entrar al lavabo porque se afeitaven y lo dejaban todo sucio”, añade. Trinidad acusa a los indigentes de tomar droga y alcohol y asegura que a veces los estados etílicos acaban con enfrentamientos entre los mismos indigentes donde se usan navajas.

La polémica ha provocado que muchos de los afectados se hayan reunido para hablar, sobre todo gente de la calle Barcelona, de la Muralla y de la misma plaza de Santa Anna. Y, fruto de esto, los bares de la zona han emprendido una recogida de firmas para pedir que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto.

De hecho, un primer pliegue de firmas ya ha sido presentado pero los comerciantes quejosos aseguran que la situación no ha mejorado mucho: "No nos han hecho mucho caso. Nos dijeron que limpiarían más y estarían más al acecho, pero a la hora de la verdad no lo hacen, casi cada día los tengo que trucar porque tenemos problemas y el único que hacen es registrarlos", afirma Cate Trinidad.

El Ayuntamiento se reunió con los comercios de la zona a finales de julio y los aseguró que incrementaría la vigilancia de cara a que los indigentes no entorpezcan el funcionamiento de los negocios. El regidor de Servicios Sociales y Sanidad, Oriol Batista, ha explicado que el Ayuntamiento ha reforzado la vigilancia de la policía por si hay cualquier delito: "De todos modos las medidas que se pueden aplicar son las mismas que a cualquiera otro lugar de la ciudad. Si ellos se están por allá sin infringir la ley no se puede hacer nada", ha aclarado.

El regidor ha comentado también que los profesionales sociales del Ayuntamiento conocen la mayoría de los indigentes y que hay un contacto habitual con él para ver si se los puede ayudar de alguna manera: "El que no podemos es obligarlos a que vengan a dormir en el centro de acogida".

Maria Teresa Planet, clienta de un establecimiento de la zona, se muestra muy molesta por la presencia de los indigentes: “Es una vergüenza no poder sentar en el banco de la plaza Santa Anna, al centro de Mataró, porque está pleno de desgraciados. Yo quiero estar cómodo y sus problemas no me importan”. Planet, por ejemplo, se refiere a una señora que acostumbra a dar comer a los palomos y que, a pesar de que se le pidió que no lo hiciera, ha continuado con sus prácticas.

La misma fuente asegura que el grupo de indigentes también vende droga y recuerda que los niños que se dirigen a la escuela Santa Anna acostumbran a pasar por el lugar. Planet se queja de la falta de acción de la policía y de la actitud de los indigentes: "Los dan de comer a los comedores de Santo Joaquim del Camino real y ellos no saben hacer nada más que emborracharse todo el día y mearse en medio de la calle”.

Otra clienta de la zona, Isabel Martínez, se muestra del mismo parecer: “Que los echen, van todo el día borrachos y no saben que hacer y molestan la gente. Que se busquen otro lugar". Dos otras clientas, Maria Sánchez y Karen Blanch, aseguran que "molestar no molestan, pero dan una mala imagen por los niños sobre todo”. Andrea Rodriguez, camarera del Classic Coffee, asegura estar de acuerdo en que los echen: “Generan un mal ambiente, piden dinero a los clientes que están tranquilos tomando algo a la terraza y si no los dan nada los insultan. Esto mujer mala imagen”. Según Rodríguez, los indigentes se pasan el día bebiendo.

Por su parte, el grupo de indigentes ha rechazado las acusaciones que los hacen los clientes y amos de los comercios de la zona. Así, Ahmed El Merabti, asegura que hace mucho tiempo que se está en esta zona pero que no bebe porque no le gusta el alcohol: "Estoy de acuerdo con que se los eche porque molestan, son incivilitzats”, refiriéndose a otros miembros del grupo de indigentes. Otro indigente, Jorge Amezian, explica que es mataroní y que no molesta a nadie y que de droga se encuentra en todas partes: "Quién quiere la encuentra y además los primeros que buscan son la gente con grande poder adquisitivo, el que pasa es que ellos lo esconden”.

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