J.V.

La liberalización del sector textil preocupa los empresarios mataronins

Desde el 1 de enero han desaparecido las cuotas de importación de productos de gran consumo, como camisetas o ropa interior

Coincidiendo con el inicio del 2005 se han eliminado las cuotas a la importación de productos textiles, un paso que culmina el proceso de liberalización del sector iniciada ahora hace diez años. Esta medida hará posible en los países menos desarrollados –cómo es el caso de la China- exportar textil hacia Occidente sin ningún tipo de restricción. Más concretamente se exportarán aquellos productos de gran consumo, como por ejemplo camisas, camisetas, pantalones, mitjes o ropa interior.

La liberalización del sector preocupa a los empresarios mataronins, donde el textil es una de las principales actividades económicas. Los responsables de las empresas viven con temor e incertidumbre la competencia que llega de la China, de la que ya hace unos años que se viven los efectos, con el cierre continuado de empresas. “No es que a partir del 1 de enero comecin a llegar hileras de chinos. Ya hace cinco años que están viniendo”, recuerda Josep Espígul, presidente de la Asociación de Empresarios del Género de Punto de Mataró y el Maresme (Asegema).

Aún así, Espígul entiende la preocupación de los empresarios. “La gente está preocupada para encontrar caminos que los permitan salvar sus empresas”, explica. Según el presidente de Asegema, la salvación para estas empresas pasa por la renovación y la transformación de la producción. “Habrá que hacer productos más avanzados, consolidar los productos de valor añadido y reforzar los sistemas de venta”, añade. Espígul también confía que la Unión Europea encuentre una “fórmula que permita crear una verdadera cláusula de salvaguarda del sector que permita afrontar las amenazas reales”.

Espígul no niega que la liberalización tenga efectos en el sector: “Está claro que continuarán cerrando empresas, pero no habrá uno alud de cierres, sino que el proceso continuará de forma ordenada como hasta ahora”, dice Espígul, advirtiendo que no quiere caer en el alarmismo. “No estoy de acuerdo en el discurso del miedo que se ha querido hacer. Tendremos que ver que hacemos, pero el que está claro es que el textil no desaparecerá”.

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