Tren por la costa. Foto: R. G.
Tren por la costa. Foto: R. G.

"La actual vía del tren en el Maresme está condenada"

Los geólogos apuntan que el traslado de la infraestructura en el interior de la comarca es imprescindible a medio plazo, puesto que el actual trazado es peligroso e insostenible

"La cuestión es bien sencilla: a medio plazo, en términos geológicos esta vía está condenada". Así se expresa Joan Pau Vilaplana, profesor de la Facultad de Geología de la Universitat de Barcelona. Como miembro del colegio de Geólogos, se pronuncia sobre la infraestructura de Cercanías en el Maresme, que la semana pasada se vio notablemente afectada por los efectos de la borrasca Glòria. Vilaplana avisa que, por múltiples motivos, la situación "irá además" y que no queda otra alternativa que trasladar las vías en el interior de la comarca, sumándose a las numerosas voces que lo reclaman.

El temporal dejó el servicio de Cercanías bajo mínimos, con destrozos muy importantes como por ejemplo la caída sobre el puente del Tordera, la destrucción de cristaleras por las oleadas a la estación de Premió, o el corte total de la circulación durante 24 horas. Vilaplana, que fue nombrado "geólogo del año" el 2015, señala que la R1 está "demasiado expuesta al mar y a los fenómenos naturales" como para evitar que estos problemas se repitan continuamente.

La R1 está "demasiado expuesta al mar y a los fenómenos naturales", aifrma el geólogo Joan Pau Vilaplana

El geólogo constata que la propia "dinámica de las corrientes de deriva litoral" hace que las playas se estén erosionando y los cueste mucho reconstruirse, en especial por la presencia de los diques de los puertos que acentúan los efectos de las corrientes marinas de norte a sur. Esto se sumado al hecho que las Rieras, mucho más canalizadas que antes, aportan mucho menos sedimentos a la costa. Y todo ello comporta que haya sectores, como el tramo entre Mataró y Cabrera, donde no hay ningún tipo de barrera de protección natural, en forma de playa, entre el mar y el territorio. Una situación que se está extremando en todo el Maresme, en especial al sur de los puertos.

Les vies de rodalies separen la ciutat del mar. Foto: R. G.

"La línea R1 atraviesa puntos donde la playa es muy estrechada o directamente inexistente, y las oleadas llegan directamente", resuelve Vilaplana. Una problemática que hace décadas que se sufre, pero que ahora se ve acentuada –y en el futuro será todavía peor- por los efectos del cambio climático. No hay que ser científico para entender los efectos que tendrá el incremento del nivel del mar causado por el calentamiento global en unas vías de tren que pasan a raíz de costa. "A medio plazo, entre 20 y 50 años, la infraestructura está condenada", insiste Vilaplana, que avisa de la peligrosidad de la situación. "Por suerte todavía no ha pasado, pero no es descartable que un día el impacto de las oleadas descalcen un tren y provoquen un accidente grave".

"No es descartable que un día el impacto de las oleadas descalcen un tren y provoquen un accidente grave"

Desde el punto de vista geológico, Vilaplana considera que apuestas como la de ADIF de invertir 12 millones de euros al reforzar el rompeolas entre Mataró y Cabrera para evitar el impacto de las oleadas es "enterrar el dinero". "Quizás es técnicamente factible, pero a nivel de costes desde el punto de vista de la sostenibilidad no tiene ningún sentido", insiste. Para él, la solución pasa para trasladar el trazado de la R1 en el interior de la comarca, tal y como preveía el Plan Territorial Metropolitano del 2010 y cómo han reclamado esta semana los alcaldes del Maresme.

Sacar las vías de la costa, además de mejorar la seguridad y la fiabilidad del servicio de Cercanías en el Maresme, se tendría que sumar a la conversión de la N-II en un paseo ciudadano de cara a permitir, en opinión de Vilaplana, "realizar acciones de protección del frente marítimo, como por ejemplo la recuperación de la anchura de las playas". Algo básico para proteger el Maresme de los efectos del cambio climático.

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