Òscar Fernández

L’hora del cuento despierta la curiosidad de los niños hacia el mundo digital

CRÓNICA:Pep Duran planteó la noción de universalidad a los más menuts

Ayer por la tarde en el patio de la librería Robafaves Joven las nuevas tecnologías dieron la mano a la tradición oral para introducir en una treintena de niños y niñas en el mundo digital. La sesión “Mundo global, cuento redondo” comenzaba La hora del cuento de este año al espacio de la calle Nueva. Los menuts, de pocos meses hasta cinco años, restaron embobados a las explicaciones del popular contacontes Pep Duran, quién hizo una elige de historias a partir de algún concepto relacionado con las nuevas tecnologías. “Era complicado encontrar cuentos que expliquéssin en niños tanto pequeños estos términos. Me he basado al explicar las cosas más antiguas y universales: las nuevas tecnologías están en la actitud de imaginar todo aquello posible y en la curiosidad” ha comentado Duran.

El narrador encendió la curiosidad de los menuts a través de un cuento en qué nada era aquello que parecía. De este modo, una taza de café se convertía en un transatlántico, y una albañil de tenis mesa, en un avión. Duran intentaba con esta puesta en escena “incentivar el chisme” de los escoltants.

Otras historias, como por ejemplo la de las tres gallinas o la del universo, intentaban formar una idea de la diversidad y de la inmensitat del mundo. Después las narraciones, Pep Duran incluía alguna sentencia moral como por ejemplo: “Las cosees más modernas son aquellas que se basan en aquello más sencillo”.

“Me gustaría que los niños se quedéssin con la actitud de descubrir y con que las cosas no son tal como parecen que son” dessitjava Duran. El narrador también se refirió al cuento como una herramienta que “llega” al público porque utiliza tres vías: la racional, el emocional y la instintiva. “El cuento es un métode muy antiguo, que de tanto antiguo es lo más moderno” concluyó Duran.

El numeroso grupo de madres que se reunió valoraron de manera positiva la experiencia. La Teo Porras, madre de Aina de cinco años, afirmaba que su hija había sido introduida “en la diferencia entre nuevo y de antiguo”, y añadía que “cuando son tanto pequeños es muy complicado explicar-lis esta noción y el cuento es una buena manera para hacerlo”.

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