Huérfanos de Ole Thorson

Parecía que esperara a que acabara el mes de marzo para morir, por el sentido del deber. Ole Thorson ha estado en activo hasta los últimos días. Además acababa de publicar un nuevo libro: 'Movernos. Caminando cono seguridad y sostenibilidad'. Era el profesor, el técnico, el militante de la democracia a la ciudad, el sabio avanzado a su tiempo, el amante de la lengua catalana con acento danés, el hombre de la pajarita de llacet, emparentado con la pajarita plebeyo del compañero extremeño Alfonso Pedro Barrena Ruiz, uno de los patriarcas de Comisiones Obreras del textil y del Partido Socialista Unificado de Cataluña. Raso y corto, era una voz imprescindible en los debates de movilidad.

Thorson nació a Copenhague y allá se graduó como ingeniero de caminos, en 1964. Después se instaló a Barcelona y aquí desarrolló toda su carrera profesional. A primeros de los años 70, fundó la ingeniería INTRA desde la que ha realizado numerosos estudios de movilidad. Asesoró el ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y también los gobiernos municipales otras ciudades españolas, de Europa y de Sudamérica. A Mataró lo conocimos por TVMataró cuando tenía los estudios en la calle de los Álamos, de la Galería Tertre de Nico del Río. Lo presentó una de las personas que más sabía a Mataró de consumerisme, Ángel Tarrès Castellsaguer, una de las voces más incisivas de la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña (OCUC), bono y que no pudo evitar que fuera parasitada por las a salto de mata de derechas, Convergència i Unió, en tiempos de la familia Torredemer. Tarrès, además, era quizás el único que sabía pronunciar correctamente su nombre de pila, quizás porque había sido uno de los responsables del intercambio de estudiantes del Instituto Alexandre Satorras con centros de secundaria de Suecia.

A inicios de los años noventa me estrenaba en la paternidad responsable, eufemismo para disimular que era mi mujer quien llevaba el peso de la familia. Con el cochecito de la criatura rodante por las estrechas aceras de muchas calles de Mataró me hice más sensible a la discriminación que el peatón sufría. Teniendo como referencia la famosa frase de Marcelino Camacho (CCOO), "Que la democracia entre en las empresas" intenté posar mi gra de arena para hacer ver que esto también era necesario en las calles de Mataró. Fueron las lecturas, comentarios, entrevistas y aportaciones de Ole Thorson las que me hicieron dar cuenta que los ciudadanos de a pie habían sido desposeídos de su espacio natural en favor del coche. En la campaña de las elecciones municipales de 1999 intenté, como colaborador en el programa por parte de Iniciativa por Cataluña-Verdes, introducir algunos elementos inspirados en las orientaciones que Thorson proclamaba. Muchos compañeros y compañeras me miraban con una cierta prevención, porque yo también era usuario automovilista. Hace poco más de treinta años, concretamente, el 14 de enero de 1993, la dirección del diario Crónica de Mataró me daba voz con un artículo bastante extravagante, "Creación de un nuevo partido a Mataró: el Partido Peatonalista". Tengo que reconocer que me sentía muy mimat por la dirección de aquella publicación. Los pedí que se publicara el Día de los Inocentes, el 28 de diciembre, pues era un escrito provocativo, propagandístico y de concienciación ciudadana. Pero ya se sabe que los rotativos tienen el suyos ritmos; no me quejo. Me permitieron publicar cinco artículos más en esta línea, hasta el mes de diciembre de aquel año 1993. Después tuve el privilegio de publicar a la revista de la Federación de AAVV de Mataró, y al diario El Punt del Maresme.

había un motivo que hizo de chispazo: la manifestación que hubo a la Plaza Santa Anna y que acabó con el compañero Josep (Pep) Sivilla Bosch detenido porque se abrazó a un árbol de la plaza cuando empezaron a ejecutar las obras del aparcamiento. Sivilla era un dirigente de la Federación de Asociación de Vecinos de Mataró. En aquel momento, Iniciativa-Verdes propuso rebajar medio metro más para no tener que cortar los árboles. El PSC-PSOE no accedió; probablemente por el sobrecoste que aquello suponía. Y CiU, astutamente, se abstuvo para no desgastarse. La plaza Santa Anna, nuestro salón noble cómo dijo mi amigo Jesús Nieto, no se merecía aquel tratamiento.

Hay unos cuántos principios básicos que Thorson intentó inculcar: 1) En la ciudad, los coches no son la mayoría. Hay muchos más peatones y usuarios de transporte público que conductores de vehículos privados: un 25 % contra un 75 %. En toda el área de Barcelona, la suma de peatones y de transporte público se ensarta casi al 80 %. Las calles tienen que tener la proporción 60-40; es decir, 60 % del espacio para el coche y el 40 % para el peatón y por personas con movilidad reducida. 2). El derecho a moverse en coche tiene que existir. Pero no el derecho a llegar tan deprisa. 3) Tenemos que reapropiar-nos del espacio que ha ido acaparando el vehículo privado. Pero hacerlo vale muchos dinero. Convertir en zona de peatones una calle es un coste importante. Y, si tenemos que convertir en zona de peatones muchos calles, todavía más. 4) Respecto a la movilidad al trabajo y las quejas sobre el aumento del tiempo in itinere donde hace falta la implicación de los sindicatos de clase: hay planes de movilidad que prevén reducción de jornada, pluses y extras para los trabajadores, etc.

Thorson trabajó por la mejora de la seguridad viaria la reducción de víctimas de siniestras de tráfico, especialmente desde la Asociación Prevención de Accidentes de tráfico. Fue uno de los fundadores de Cataluña Anda, una entidad creada el 1991 y que velaba por los derechos de los peatones en la movilidad urbana. Presidió también la International Pedestrian Federation y fue cofundador de la asociación por la Promoción del Transporte Público. Además, fue profesor asociado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y puertos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) entre 1989 y 2007 de las materias de Planificación y Economía del Transporte. Podemos decir que Cataluña hoy es más justa gracias a que por sus clases han pasado buena parte de los 4.000 ingenieros que han salido de la Facultad en estos últimos cuarenta años y que ahora intervienen en la planificación del territorio, porque Thorson es el padre de las pacificaciones tan ingratas para el lobby del RACC, la Vanguardia y la derecha anti-Coláis.

Ole Thorson era asertivo, firme y educado en sus argumentos, y también desafiando. Afirmaba, por ejemplo, algo que el candidato Trias de Barcelona tendría que saber: "Hoy en día, el motor de explosión es un ataque a la salud de las personas". También, respecto al cambio climático nos hace reflexionar: "No se ha demostrado que producir coches eléctricos sea más ecológico que coches de petróleo". Buen trabajo, maestro Ole. Gracias, muchas gracias.