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El hechizo de Les Santes cumple 40 años

Mataró celebra los 40 años del Desvetllament Bellugós, seguramente el acto que de la mano del Bequetero ha acontecido el icono más conocido de Les Santes

Patrocini

Cualquier persona que llegue a Mataró y pasee por la Riera por primera vez es probable que no entienda qué coñe son unas placas metálicas que hay situadas desde hace pocos días en el suelo y que reproducen números del 1 hasta el 15, desde ante el Ayuntamiento hasta la Plaza de Santa Anna. Estas planchas ofrecen poca información, apenas la cifra y el logotipo y nombre de Les Santes pero el paseante interesado, si es que alguno de los visitantes que viene todavía cultiva este interés por saber, seguirá con la pregunta y no obtendrá respuesta. ¿Por qué aquí? ¿Por qué del 1 al 15? ¿Qué los pasa a estos mataronins que siguen andando arriba y abajo de esta calle ajenos a esta sucesión numérica? Lo más probable es que la atención por desvelar la respuesta a la incógnita decaiga pero si el turista o chismoso se envalentona y pregunta a un mataroní (de los que pasea, de los que va y viene, de los que responde encuestas, de los que sientan en los bancos que son lo más pareciendo en un senado que tenemos, a quién sea…) obtenga una respuesta que le parezca un código secreto.

– ¿Qué es esto del 1 al 15?
–"Lo" del Desvetllament
– Perdone?
– El Bequetero, "el quince", por Les Santes…
– Ah, de acuerdo…

La escena imaginaria acabaría con aquellas caras de haber entendido lo que no se ha ni husmeado y de regreso al grupo (familia o amigos) con el que se visita Mataró se resuelve el tema con un típico y tópico similar a "deben de ser cosas suyas". Y finalmente lo han entendido. Sí. Cosas suyas o, en este caso, cosas nuestras. Muy nuestros y para nosotros muy importantes. Gracias por la visita.

Les Santes de este año venden con diferentes cumpleaños que las hacen y harán especiales. Ya le es normal a un esqueleto festivo que, en su práctica totalidad, es hijo de una etapa muy concreta de las dos últimas décadas del siglo XX, que los cumpleaños más o menos redondos se sucedan. Y del 2023 al 1983 van 40 anyets. Y las placas que los turistas no entienden en tierra son una plasmación para la posteridad del que se celebra este año alrededor de esta primera cuadragésima de vida: el Desvetllament Bellugós. Seguramente, el acto más icónico de la Fiesta Mayor de Les Santes.

La génesis del acto

Volvemos a una escena imaginaría. Estamos en el mismo lugar que los turistas se miraban las placas con los números que hay repartidas por el recorrido del Desvetllament. La Riera está llena y esto que faltan más de 40 minutos para que empiece el acto. Estamos en 25 de julio del 2023 y hay grupos de jóvenes y adolescentes que tienen prisas y no pueden estarse de empezar a cantar la melodía del Bequetero: Mataró ya está de Fiesta Mayor. Nos acercamos a un grupo de chicas y los preguntamos cuántos años hace que se hace el ritual que esperan de forma ansiosa, desde cuándo a Mataró repetimos de manera contagiosa una misma canción, nos agachamos, contamos y saltamos. El género de las entrevistas a pie de calle, con una alcachofa (micrófono) en la mano aguanta mejor el apoyo televisivo que el escrito, pero aquí ahora estamos haciendo ficción. A buen seguro que las entusiastas encuestadas responderían que esto viene de muy antiguo, que siempre se ha hecho, que Mataró siempre ha tenido Les Santes que tiene y que el Bequetero lo compuso un mataroní, cómo la Misa de las Santes (bien, es cierto, esto no lo dirían). Es la cosa más normal creer en esta ancestralidad. La Riera la noche del 25 de julio se llena de juventud, de mucha juventud. Una mayoría absoluta de los presentes ha nacido después de que lo hiciera el Desvetllament. Ha vivido siempre bajo el hechizo del acto, bajo la magia del Bequetero, detrás la mirada de los Gigantes.

Es normal que nos pensemos que estas Santes litúrgicas de días temáticos y mismos actos vienen de muy allá pero no es cierto. Una cosa es la percepción y la otra es la realidad. Por eso, volvamos. 40 años, que en historia es muy poca cosa, son los que cumplen el Desvetllament Bellugós (y también la Escapada a Negra Nit) este 2023. 40 añitos de nada.

El Desvetllament Bellugós nació igual que la Escapada a Negra Nit, igual que otros muchos actos de la Fiesta Mayor, como producto del modelo de fiesta que se sacó del zurrón la Comissió de Les Santes, nada a ver entonces con la de ahora, si es que todavía existe. Entonces, un colectivo de jóvenes próximo al Fomento mataroní empezó a remover los cimientos de una Fiesta Mayor que de la mano del franquismo se había limitado a la Midsa, los fuegos, cuatro actos, seis entremeses, zarzuela y para de contar. Con la democracia y de la mano de la desazón popular, Les Santes estallan socialmente a partir del 79 y poco después el primer Desvetllament hace acto de presencia. Somos a los primeros ochenta y la idea del acto no es patente made in Mataró. El acto es un artilugio a medio camino entre una receta de aprovechamiento y un collage de realidades y potencialidades festivas otras comarcas. Aquí también hay una lección. Somos genuinos pero no originales.

El Desvetllament Bellugós tiene gusto de Solsona y acompañamiento de Cocentaina. La idea de un recorrido corto bajado despacio viene de la Fiesta Mayor solsonenca, la repetición de una misma melodía también la encontramos al Carnaval de la capital del Solsonès y sus gigantes locos y para encontrar la banda sonora ideal que mujer entidad y magia en el artefacto se contó con la Banda de Gaianes y su director histórico Santiago Vicent. La expedición mataronina que había ido al Comtat a ver las fiestas de Moros y Cristianos había quedado enamorada de una canción: tenía que ser 'El Bequetero', el pasodoble propio de la hiló de moros homónima de las fiestas de Cocentaina. Comtat, Solsonès y Maresme triangulen y en una gestación del acto detallista, pensada, currada y no exenta de mar de fondo acaba naciendo la criatura. 25 de julio de 1983.

El 2011 murió Joan Fradera, en 'Uanxo', uno de los geganters que barrenó más alrededor del acto. El 2018 lo hacía Santiago Vicent, el director de la Banda de Gaianes, el hombre que tuvo la vista de volver a 'El Bequetero' el 1984, segundo año del acto, en el que el acto empieza con otra música para variar (cosas de ensayo y de error) y el director atina a ver que la cosa no funciona y antes de Can Miracle vuelve a hacer mandar de tocar 'El Bequetero' hasta Santa Anna, una anécdota a partir de la cual queda fijada la melodía, intocable. El mes pasado murió Lluís Hugas, geganter histórico. Les Santes de este año serán las de la añoranza y el agradecimiento por todo el que hizo. Tres de los padres del Desvetllament hace 40 años ya no están y, sin ellos, podría parecer que la conmemoración se entristece.

Para rememorar la génesis del acto, el mejor es recuperar las palabras que el propio Hugas, ataviat de geganter el 30 de julio del 18, pronunció a Gaianes cuando bajó a ofrecer los últimos ramos de la Geganta y la Toneta en aquellas Santes a la tumba y la viuda de Vicent, en Gaianes. Hugas rememoró que "en 80, ya con una fiesta mayor renacida y revalorada, los geganters queríamos introducir un acto nuevo dirigido en jóvenes y adultos con la implicación de los gigantes. Ya sabéis que estas figures son la obsesión de los niños. Pero nos preocupaba que después, al crecer, muchos perdieran el atractivo. Santiago supo coger inmediatamente el que convenía. Para nosotros era uno rete muy importante que los gigantes de la ciudad de Mataró por primera vez salieran por la noche, reunieran la juventud y lo hicieran con la dignidad y la solemnidad que los caracteriza. Gracias a Santiago y a la banda de Gaianes lo conseguimos. Tanto, que a estas alturas la popularidad de 'El Bequetero' en nuestra ciudad lo ha convertido en el himno popular por excelencia". Palabra de Lluís.

Y es que así fue. Las imágenes de los primeros Desvetllaments no tienen nada que ver con los de ahora. No se había masificado, mucha gente se agachaba contando a 15 en rotllanes, había canalla. Pero el hechizo era poderoso y fue ganar popularidad. Tanta que incluso hace 16 años (precisamente) se llegó a sufrir por el acto.

De una bajada especialmente problemática salió un refuerzo del acto que hoy en día parece innegociable. Se apostó por la sonorización de todo el recorrido, se contrató un cordón de seguridad por los músicos, se creó el 'De parranda!' como réplica del acto para el público infantil el día siguiente, dentro de la Tarde Guillada que calca la Nit Boja y años más tarde se introdujo el actual dispositivo de seguridad que veta la entrada de vidrio y controla (o lo intenta) el aforo de la Riera. El resultado es que ahora, entre el sonido y el doble acto, pueden sentir bien, bailar y disfrutar del Bequetero no solo los que se están borde la banda y los Gegants sino la Riera y la plaza de Santa Anna enteras que, de hecho, están llenas. El goce del acto ha crecido exponencialmente.

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En Robafaves sale de dentro del Ayuntamiento, empieza el hechizo. Foto. R. Gallofré


La incógnita del recuento a 15

Una de las incógnitas que esconde la leyenda del Desvetllament Bellugós es de donde coi salió esto de contar a 15. Santiago Vicent recordaba una anécdota según la cual fue para hacer el gesto de tranquilidad extendiendo los brazos y poniendo las manos palma abajo para mirar que se sintiera la respuesta de la trompeta al trozo de Bequetero que ahora acoge el recuento que un grupo de "niñas" empezó a agacharse, mal entendiendo la indicación. Lluís a menudo explicaba que el hecho de no saber a ciencia cierta de donde vendía el hábito reforzaba todavía más el carácter popular del acto.

El hecho pero es que por casualidad un grupo se agachó, más gente los siguió, alguien debería de contar y de los 16 compases se hizo un recuento a 15 en el que alguien añadió la conjunción i ante la última cifra. Un "y 15!" que es marca, eslogan y leimotiv y que no se sabe muy bien cómo surgió.

Una pieza de orfebrería

Aún que hoy sea seguramente el momento más esperando de Les Santes para miles y miles de personas, el Desvetllament Bellugós no ha abandonado como acto su característica llena de detalles. Es un acto que, en cierto modo, es una pieza de orfebrería festiva que hay que cuidar. Son detalles por ejemplo los 'tempos' exactos donde tiene que estar la Toneta en cada momento de la media hora de bajada (más problemática, siempre más concurrida) y de subida. Son detalles que mucha gente quiera estar cada año al mismo punto, que los Gigantes giravolten durante la parte álgida de la tonada y hacen 'fondu' (bajan y cambian de portador) en el interludi hasta volver a empezar. Es preciso que hasta que no se levanta en Robafaves no empieza la música o que este sale y hace la primera melodía ante por ante la puerta. Es curioso también cómo hace una última tonada en solitario, cómo cuando acaban las dormidas, antes de que toda la banda corra piernas ayudadme Ayuntamiento adentro porque está a punto de empezar la Escapada.

Son detalles el refuerzo de personal de los Geganters, que el lugar donde hacen fondu a Santa Anna está marcado o que la Banda se refrigere en abundancia durante la Invitada a Can Xavi, donde el interior es por ellos y el resto de mortales se esperan afuera. Es precioso de ver cómo quienes ya esperan la Escapada van tirando "el quince" o los ojos como naranjas de las pandillas invitadas al ver el delirio. Es guapa de disfrutar la subida, mucho más agradable y ancha que la bajada y también se ha visto en alguna ocasión a músicos cambiant-se el instrumento. Consta que la Agrupación Musical del Maresme también lleva refuerzos de personal del mismo modo que músicos mataronins como el propio Pep Manté tocaban con los de Gaianes cuando eran estos los artífices. Todo es una colección de detalles que empieza adentro del Ayuntamiento cuando la Riera ya es llena y, enfaixats, los geganters son todo un mar de nervios. Un momento privado que forma parte de la tramoya de la fiesta.

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El añorado Lluís Hugas se mira el reloj para hacerlo muy puntual. Foto: R. Gallofré

El primer Desvelo sin Lluís


Este era el momento de LluísHugas, o mejor dicho uno de sus muchos momentos dentro de Les Santes. Con un griterío desbordante de fuera hacía una arenga a los geganters que se lo escuchaban o lo hacían ver. Lluís los recordaba la necesidad de estar tranquilos, de mantener la calma, de no hacer empujones y de estar por las figuras. Les daba cuatro instrucciones casi siempre calcadas. Acto seguido, cómo se ve en una fotografía, era él con su reloj (mientras todo Mataró se miraba el de la fachada del Ayuntamiento) el que daba la orden para sacar las figuras, para hacer enloquecer la ciudad. Para agasajar aquel propósito que habían tenido al parir el acto hace 40 años.

Este del 2023 será el primer Desvetllament sin Lluís Hugas. Otro reloj, otra arenga y otra sonrisa permanente todo ir mirando alrededor desde el ante los gigantes harán falta pero del mismo modo que los primeros sin en Uanxo y en Santiago, el del cuadragésimo cumpleaños será un Desvetllament y unas Santes más que especiales y emotivas.

Unas Santes y un Desvetllament que costarán, seguramente y a la vez una renovación del hechizo que una vez más posibilitará que durante media hora y media hora todos pesamos menos, el espíritu nos eleve, la euforia se encomiende y Mataró acontezca un lugar mejor gracias a los Gigantes, a sus pies, a la banda y a todo el mundo quien late acompasadamente. Cuando acabe el acto, en la Riera, bajo litros de sudor, quedarán las placas. Un recuento a 15 de aires simples y rupestres. El testigo histórico que hay cuentos felices que no son de hadas, sino de todos y gracias a una gente concreta.

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