Gustavo Díaz Sosa: ‘No sabía si mi obra gustaría’

Te esperabas ganar este premio?
No tenía muchas esperanzas porque la pieza es muy arriesgada. Pensé que quizás gustaba o que quizás no... Pero al final resulta que ha funcionado el riesgo. Me atreví y ha dado resultado. estoy muy satisfecho.

No te debe de venir de nuevo, porque en el último años has ganado 48 premios...
Si, pero el que pasa es que hacía cuatro meses que no recibía cabeza. Pensaba que se me había acabado la racha. Y cuando me avisaron que viniera... pues me emocioné mucho. Además, acabo de recibir otro, de premio.

Cómo te enteraste de la convocatoria del premio?
Lo encontré por Internet. Nunca había participado en ningún concurso en Cataluña y pensé de hacerlo. Quería conocer el catalán, Barcelona, Cataluña... ya había sido pero quería ver como reaccionaba mi obra en Cataluña.

La obra que has presentado... es un zeppelin?
O un proyectil. Es una manipulación visual. Es un zeppelin pero con forma de bomba, haciendo una alegoria con el clima de guerras que vivimos. Pero también pongo unos remos hablando del concepto de flotar, de avanzar, de andar... Forma parte de una serie que se llama Pendejadas del ultimo siglo donde manipulo objetos hechos por el hombre como los aeroplans, los globos aeroestàtics...

No tiene nada que ver con la situación en Cuba.
No, es simplemente mi filosofía de la vida en general. Soy totalmente apolítico. No creo en los países, en las fronteras ni en las banderas. Creo en el ser humano y en la vida, sin más. En el cuadro retrato la idea de emerger de los momentos difíciles, de un mar oscuro que es dentro de nuestro. El zeppelin sale del agua, con los remos...

Es un mensaje positivo.
Exacto. La sociedad de hoy en día pienso que está así. Es una manera de especular.

Qué siendo una persona como tú cuando llega a una ciudad como esta y ve la importancia que tiene este nuevo premio aquí?
Cuándo he visto que había tanta gente involucrada... me he sentido casi avergonzado. No me imaginaba que fuera tanto... el que he visto me ha impresionante. Estoy muy orgulloso de haber sido yo el ganador y muy agradecido del trato recibido. Me he sentido como casa. Mataró se asemeja mucho a Sagua la Grande, el pueblo de Cuba donde nací, supongo que también por la influencia catalana y española que tenemos. Las calles me lo han recordado mucho.

Conocías Torres Garcia?
Pues no. Cuando me puse al concurso me empecé a interesar por él. También estoy muy contento de haber conocido este artista, que está claro que no es un artista más. La conferencia que ha hecho Guido Castillo [discípulo de Torres-Garcia] ha sido fantástica.

Qué hace un cubano como tú en San Sebastián?
Con diecinueve años me gradué y justo después expuse al Club Habana, un lugar bastante selecto. Unos galeristas vieron mi obra, los gustó y me propusieron trabajar con ellos. Uno está en Cuba y la otra está en San Sebastián, de donde provienen los dos, y dónde tienen la galería, que se llama Emyart. Por eso vivo allá. Los debo de muchísimo. Es una cosa que hacen pocos galeristas, coger un artista que está en el nada y apostar por él. Además, en el País Vasco la gente es maravillosa, con una forma de vida muy rica, con muy buen comida, clima, playas...

Te añoras mucho Cuba?
Mucho, estuve por Nadal y volveré en verano, porque haré una exposición allá, probablemente en septiembre. Añoro mi familia, los amigos, mi ambiente, mi estudio, mi música, la comida... Pero este tiempo que he sido aquí me ha servido muy profesionalmente y también espirituralment; me ha ayudado mucho a formarme, a independizarme...

Que esperas del futuro?
La vida da muchas vueltas. Todos somos seres humanos y mañana mismo puede pasar cualquier cosa y tener que dejar la pintura... Sé que tengo muchos defectos y cosas que me limitan. Los últimos tiempos he tenido suerte, a pesar de que también soy una persona que trabaja mucho. Y que personalmente también he tenido momentos duros... Me he propuesto cada vez trabajar más seriamente, hacer nuevos contactos, renovar el contrato con mi galería. Tengo planes como todo el mundo. Creo mucho en el futuro.