Gran afluencia a la inauguración de la antológica de Jordi Arenas

Unas doscientas personas fueron presentes ayer martes a la inauguración de la muestra retrospectiva del artista mataroní Jordi Arenas. tenía que todo: artistas, historiadores, músicos, profesores, ciudadanos en general y los albaceas de su legado, que ayer veían cumplido uno de los sueños del artista –hecho también suyo en los últimos tiempos–: homenajear con una grande antológica su maestro.

El presidente del Patronato de Cultura, Jaume Graupera, abrió el acto hablando de exposición «extraordinaria» y que tiene la voluntad de hacer llegar la obra de Arenas a nuevos públicos que quizás hasta todo desconocían la obra. Uno de los albaceas, Francesc Masriera, por su parte, recordó como el mismo Arenas había comentado varias veces la voluntad de seleccionar una parte de su obra y hacer una retrospectiva, que al final llega con el protagonista ya traspasado. Masriera no se estuvo de asegurar que el proceso de aceptación del legado había sido «lento», pero aprovechó para dar las gracias tan a los actuales responsables del Patronato de Cultura, Jaume Graupera y Toni Cabré, como sus antecesores, Carmina Benito, Remigi Herrero y Ramon Ramis. Y también al director del Museo, Carles Marfà, y a Àngels Solé, que ha sido la persona que ha coordinado el montaje de la exposición bajo las indicaciones del doctor Francesc Fontbona, que ha comissariat la exposición.

Fontbona fue quién tomó la palabra a continuación y aseguró que durante el proceso de selección de la septuagésima de piezas expuestas se había intentado tener en cuenta que hubiera un equilibrio entre la primera época de Arenas y su madurez y la temática de los diferentes cuadros.

El acto lo cerró, con un tono propio del momento del año, el Corazón Madrigalista con la interpretación de dos piezas: Ave Verum y la boliviana Huahuanacá.