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En el centenario de "la mataronina" Ava Gardner

Miguel Guillén evoca Manuel Cuyàs y la visita de Ava Gardner a Mataró el 24 de diciembre de 1950

En Manuel Cuyàs lo había explicado muchas veces, a su extraordinario libro "El nieto del pirata" y a diferentes artículos de prensa: en 1950 Ava Gardner visitó Mataró. Bien, visitar quizás no es el verbo correcto, porque solo se estuvo unos minutos en nuestra ciudad, pero hoy, 24 de diciembre de 2022, hace justo ciento años que nació aquella mujer que Hemingway calificar cómo "el animal más bello del mundo", y quiero recuperar aquella anécdota mataronina que de vez en cuando recordaba el añorado Cuyàs.

El caso es que aquel ya lejano 1950 se rodaría a Tossa de Mar la película "Pandora y el Holandés andante", en qué Gardner participaría a las órdenes del director Albert Lewin, compartiendo escena con James Mason, Frank Sinatra y el torero catalán Mario Cabré. Cómo que Gardner aterrizó a Barcelona, se dirigió por carretera (por la Nacional II) hacia Tossa, y esto hacía que tuviera que pasar forzosamente por Mataró. Pues bien, a la altura de nuestra ciudad Ava Gardner pidió que se parara el coche porque se estaba haciendo pipí. La carretera pasaba entonces por el Camino real, y a la altura de la Rambla se paró el automóvil, descendió la actriz norteamericana y se dirigió al antiguo bar Mercader, situado a la misma Rambla, a hacer sus necesidades. El bar se encontraba al Camino real número 399, ante Can Elige y cerca de Can Casas, la empresa de los autocares, donde hoy hay una sucursal bancaria. Los propietarios eran en Jaume Mercader y la Maria Pones, y antes de ellos lo había estado en Blai Trabal, que también era el amo del Hotel Suizo, situado a pocos metros. El establecimiento era también la sede del Moto Club Mataró, además de una casa de dispesa que tenía como clientes habituales algunos médicos de la Clínica la Alianza. En Cuyàs explicaba en un artículo publicado el 2012 ("El pipí del Ava Gardner, El Punt Avui, 21-6-2012) que "cuando hubo hecho el hecho y se hubo ido, la noticia había corrido por la calle y los transeúntes que aquella hora pasaban y los dependientes de todas las tiendas fueron al wáter del bar para ver el lugar donde el animal más bello del mundo había posado una de las partes fundamentales de su silueta. El amo y los camareros del establecimiento fueron muy interrogados y muy envidiados. Unos días después pasó por la misma carretera en Frank Sinatra, pero de esto no se tuvo noticia porque si le vino pipí se lo aguantó. Sinatra tenía prisa para llegar a Tossa –que era donde la Gardner rodaba la película que lo había llevado aquí–, alarmado porque le habían dicho que su enamorada de entonces tenía un flirt con un poeta torero".

Ava Gardner
Ava Gardner

 

En otro artículo publicado el 2018 ("Pandora o el holandés andante", La República, 14-12-2018), en Cuyàs explicaba que "los camareros salieron a esparcir la noticia y a solicitar los servicios de traductor del Olmedo. El Olmedo era un enllustrador de zapatos poliglota. Había trabajado a Alemana y en otros países hasta que recaló a la Rambla, donde embetunaba el cuero de los clientes de los bares. El librero Elige, las dependientas de la mercería, las mujeres que atenían la centralita de la telefónica, los clientes del barbero y los que tomaban un café a los bares corrieron hacia el establecimiento donde la actriz había entrado. Muchos no estuvieron a tiempo. Los más curiosos fueron a contemplar el wáter donde "el animal más bello del mundo" había posado las mejillas del culo. Nací, me hice grande, y todavía se hablaba". La película convirtió Tossa en un centro turístico de primer orden y, todavía hoy, la figura de Ava Gardner es omnipresente al pueblo: con una estatua situada a su icónico recinto amurallado y con fotos de la actriz a muchos comercios.

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Recorte de prensa

 

En el artículo de 2018 Cuyàs hacía volar su imaginación encontrando una conexión extraordinaria entre Hollywood y Mataró: "el bar donde Ava Gardner hizo pipí se decía –ya no está– Mercader. Algunos sostenían que el amo era pariente del asesino de Trotski y, por el mismo conducto, de Maria Mercader, la mujer de Vittorio de Sica. Si esto último fuera cierto, en aquel wáter, y con el enllustrador de zapatos por el medio, se produjo aquel día la confluencia del neorrealismo italiano con el star system de Hollywood dos años antes de que Roberto Rossellini e Ingrid Bergman anunciaran el cumpleaños de su hija, Isabella, a Roma". Seguramente esta conexión es improbable, pero puesto que los renacuajos, con la autoestima siempre por el tierra, a menudo decimos que nuestra ciudad no tiene nada de especial, que nunca pasa nada, creo que merece la pena hacer volar nuestra imaginación y también recordar que un día nos visitó toda una estrella del cine que hoy, Noche de Nadal, hubiera hecho ciento años. Tiempo era tiempo, que diría nuestro estimado y admirado Joan Manuel Serrat, que ahora se despide de los escenarios.

Felices fiestas a todo el mundo.

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