El Únic, el ejemplo

Este año las expectativas ante nuestra Fiesta Mayor, que algunos habían querido bautizar como no-Santas, eran extrañas y dudosas.

habrá sensación de Santas? el 30 de julio volverá a ser el día "más triste" del año? la gente irá a los espectáculos? nos gustarán los fuegos a 4 bandas? nos emocionaremos con el espectáculo que ha creado un forastero para las noches de Santas?

Pues sí, y sí, y sí, y sí, y más que sí.

Hemos conseguido volver a hacer Fiesta Mayor, diferente, sí, adaptada a las circunstancias, sí, pero Las Santas han existido y de qué manera!

A pesar de que hay bastantes temas a mejorar (la gestión de las entradas, la asistencia a los conciertos y actividades culturales, la participación de la ciudadanía...) de estas Santas habremos aprendido unas cuántas cosas, y de entre ellas, sobresale un acto, Únic, tal como su nombre ya prometía.

Una explosión de sueños, bailes y emociones que, de la mano del brillantísimo Llibert Fortuny, ha hecho vibrar el público mataroní. Él mismo ya lo previó al anunciar que "el acto se recordaría durante generaciones". Un espectáculo audiovisual de primera magnitud que combina a la perfección la cultura popular con la modernidad propia del 2021.

Volver a ver bailar las figuras, revivir la excitación de los correfocs, sentir las tonadas (con una gran renovación musical) ha llenado de satisfacción los miles de personas que han pasado por la plaza del Ayuntamiento, y que han podido disfrutar, de manera apasionada, un golpe más, de las esencias de Las Santas.

Y esto es gracias a todo el mundo:

A la voluntad política (de todo el consistorio) de apostar por la Fiesta Mayor, demostrando así que la ciudad avanza cuando los partidos trabajan conjuntamente;

A la decisión de la dirección y de los técnicos de cultura de trabajar intensamente por un espectáculo absolutamente inédito;

A la enorme implicación de las comparsas institucionales (formadas por voluntarios) en la gestación y el proceso de construcción del espectáculo y su presencia imprescindible en todas las actuaciones durante muchas horas y días seguidos;

Y a la espléndida dirección y creación artística del músico Llibert Fortuny, que ha dejado huella a la fiesta mayor mataronina.

Así sí! Cuando todo el mundo ha sumado, nos hemos salido y con una gran nota. Mataró, pasa a ser un referente (y esto no es muy habitual) por el resto de poblaciones catalanas, con fiestas mayores también muy nostrades, que no han sabido hacer este gran paso adelante para superar la situación de pandemia, y se ha posado de manifiesto que cuando las actividades están bien organizadas, son seguras.

Ha ganado la cultura, ha ganado la gente, y sobre todo, ha ganado la ciudad.

Cogemos el Único como ejemplo de superación y trasladémoslo a todos los ámbitos de actuación. El orgullo mataroní que sentimos ahora mismo, nos tiene que servir para salirnos