Capgròs
Aprovechando una pequeña tregua que me mujer un problema puntual de salud, sortosament leve pero extremadamente doloroso, de aquellos que te dejan fuera de combate (aprovecho para hacer público mi agradecimiento a los y las profesionales del Hospital de Mataró, que lo son y mucho!), pues me parece adecuado hacer una pequeña reflexión sobre el que pasó al pleno de la semana pasada respecto a la aprobación de la propuesta del nombre del difunto y reconocido regidor de Mataró, Remigi Herrero, a la pista polideportiva de Cerdanyola, inaugurada hace un par de años.
No es un hecho nuevo, y ya en diferentes comisiones municipales se ha debatido, que a la hora de posar nombres a equipamientos municipales, estos quedan fuera de la esfera de decisión de la Comisión del nomenclador. En su reglamento, firmado en 2002 por el mismo Remigi Herrero como Consejero delegado de relaciones ciudadanas, se llama sobre las funciones de este órgano: "Establecer los criterios generales y los procedimientos específicos de aplicación del nomenclador" así como "realizar los trabajos de elaboración de informes propuestas sobre temas del nomenclador de la ciudad de Mataró"
Es por eso, que desde Juntos por Mataró entendimos que el Consejo Territorial de Cerdanyola y el Consejo Municipal de Deportes tienen todo el derecho de formular las propuestas que quiera en relación al nomenclador municipal en cuanto a los nombres, pero el órgano que tiene que valorar la oportunidad de la propuesta antes no llegue al pleno municipal se la Comisión del Nomenclador, y por lo tanto, presentamos una enmienda a la totalidad a la propuesta que hacía este gobierno municipal, manifestando esta discrepancia con el procedimiento, pero sobre todo con una clara intención de generar un debate puramente formal que, quizás, acabara determinando las funciones de la comisión del nomenclador evitando debates estériles en el futuro.
Pero cómo ya nos tiene acostumbrados este gobierno, impaciente para intentar justificar que cubre el expediente de gestión municipal del día a día, escondiendo su incapacidad de afrontar carencias y retos que de verdad sufre y tiene nuestra ciudad, echó de aquello que se lleva practicando tantos años a nuestra ciudad y que tan buen resultados ha dado a los que, de siempre, han gobernado.
Este golpe, lo hicieron de la mano de la regidora de Deportes, la Bea Delgado, que lejos de entrar a las cuestiones que planteábamos en nuestra enmienda (de aquel debate formal sobre cómo decidir el nombre de nuestros equipamientos) se lanzó a acusarnos de menystenir el que se decidía desde los barrios e incluso a decirnos que no nos importaban los barrios. En resumen, una desacertada representación de la clásica patrimonialització que se ha hecho desde el socialismo sobre los barrios de nuestras ciudades, y que bien poco ha jugado en favor de estos últimos.
Y el peor de todo es que me temo que no había ni intención política, sino que emergió el inconsciente. En cuanto al año dos 2022 todavía existe en nuestra ciudad esta dicotomía entre centro y barrios, mayoritariamente es por culpa de esto, por este posicionamiento, quizás benintencionat en algunos caos, pero absolutamente equivocado, de no ver la ciudad cómo un todo, de no entender que, en este caso, los equipamientos son de ciudad, y que desde el Ayuntamiento se tiene que superar este mal hábito con forma de legado político, de desmembrar la ciudad en beneficio propio.
Posamos por el caso que en un futuro próximo, a Mataró, tuviéramos la suerte de de inaugurar un auditorio y este se ubicara a tocar del campo del Centenario. Está claro los vecinos de Los Molins tendrían algo a decir, pero es evidente que el nombre tendría que ser consensuado por la ciudad.
A menudo nos quejamos de que la ciudad no avanza, y culpamos a la tasa de paro, las consecutivas crisis que hemos sufrido o la falta de oportunidades, pero también nos tendríamos que preguntar si somos capaces de superar ciertos marcos mentales que precisamente, llasten esta capacidad de avanzar y acontecer una sola ciudad.
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