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El GIMM denuncia la poca adaptabilidad de los trenes

Una socia de la entidad ha realizado un viaje entre Mataró y Vilassar para poner de manifiesto las dificultades de las personas con movilidad reducida

Montserrat Aliberas, una socia del Grupo de Inválidos de Mataró y el Maresme, ha conseguido que cuatro mozos de escuadra se desplazaran hasta la estación de Vilassar de Mar. Su requerimiento ha sido simplemente querer atravesar la N-II. Llegaba de Mataró en tren en uno viaje-denuncia que se ha realizado para poner de manifiesto las múltiples trabas que Renfe pone a las personas con movilidad reduida.

La acción, que ha tenido como testigo las càmares de un programa de la segunda cadena de Televisión Española, ha empezado a media mañana a la estación de Mataró. Desde allá Aliberas, que iba con silla de ruedas, ha ido "topando" con infinidad de trabas, que han sido registrados por las càmares de televisión. "Es increíble, una cosa que clama al cielo", ha comentado el presidente del GIMM, Miquel Guardiola. Entre los múltiples problemas que ha encontrado Aliberas durante el trayecto Guardiola denomina la máquina expendedora de billetes, que está a una altura excesiva para una persona con silla de ruedas, la inexistencia de bancos a la estación, los accesos de la estación de Vilassar –donde sólo hay escaleras y no hay ascensor– o la N-II, que no se puede atravessar, porque no hay de peatones y el semáforo para los peatons no se puede activar manualmente.

Guardiola ha comentado que esta odisea es real para muchas personas que cogen el tren a diario y que este es un problema que no sólo afecta a las personas con silla de ruedas. "La gente mayor, quien se ha roto una pierna, los padres con cochecitos, los niños pequeños, o las personas que van cargadas también son víctimas de esta carencia de sensibilidad de Renfe", ha resumido Hucha.

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