Òscar Fernández

Ciutadans al servicio de ciudadanos

Los vecinos de Rocafonda ven con buenos ojos la acción informativa que han inciat los agentes cívicos sobre el reciclaje de residuos

Cada día, a 2/4 de 4 de la tarde se reúne el equipo de agentes cívicos al nuevo Centro Cívico de Plà de en Boet. Hoy, excepcionalmente, se han reunido al de Rocafonda para atender mejor en los medios de comunicación. La reunión, conduida por la coordinadora del grupo Ruth Rodríguez, sirve para hacer una breve valoración de la jornada anterior y para distribuir los equipos, que son de dos o tres personas, por las calles del barrio. La elige de las zonas se hace teniendo en cuenta donde se detectan problemas de recogida de residuos, en este caso Rocafonda. “Pensamos que este sería un programa interesante para los Planes de Ocupación” comenta la responsable del plan de civismo en Mataró, Ma. Àngels Briansó un golpe acabada la reunión.

El cuerpo de agentes cívicos, integrado por siete agentes y una coordinadora, pisa calle hacia las cuatro. Cada pareja se dirige a unas calles concretos para hacer las visitas informativas sobre el reciclaje de residuos. Durante las dos primeras semanas, los resultados han sido basta buenos: a la primera trucaron a la puerta de 1666 domicilios, de los cuales se pudo establecer contacto con 816. La segunda semana se saldó con 1629 visitas hechas y 891 contactos. La valoración, según la coordinadora Ruth Rodríguez, es positiva. “La gente que visitamos está contenta con la campaña, porque comprende que es para mejorar el barrio. Sólo un 5% no quiere saber nada” comenta.

Reacciones positivas
Rosa Ma. Martínez, de 49 años y la Aouattah Ouafaa, de 24 forman una de las parejas de agentes cívicos. Hoy se los toca hacer la calle Astronauta Armstrong, cerca del mercado de Palau. El primer contacto se establece al número 6-8, con en Fèlix Sancho, un vecino de 77 años que recibe a las agentes con una sonrisa a la cara. “Me ha parecido bien la visita. Yo ya reciclaba cartón, papel y vidrio, pero el que pasa es que aquí no hay contenedores suficientes” se queja.

Al mismo bloque, Rosa y la Aouattah se encuentran con una anciana que no recicla porque tiene el lavadero demasiado pequeño. No quiere salir identificada, pero aún así, se queja que “las calles dan vergüenza”. El trabajo que llevan a cabo las agentes cívicas compuerta grandes dosis de trato con los vecinos, circunstancia que aceptan y, incluso, disfruten. “Es un trabajo que me gusta mucho. Estamos de cara al público y, en general, la gente nos recibe bien” comenta la Aouattah. Rosa Ma., por su parte, destaca el carácter social de su tarea. “Me gusta mucho trabajar en el sector de la información ciudadana, está siguent una experiencia muy buena que espero me ayude a encontrar un trabajo estable”, resume.

La próxima visita es al piso de en Mustafa Kanfawi, un joven de 34 años de Rabat que hace dos años que vive en Mataró. Cómo que no entèn el catalán, la Auattah aprovecha para comunicarse con él en árabe. “Dice que recicla y que quien no lo hace es un ignorante. Es importante que se haga porque así mejorará el aspecto del barrio”, traduce la agente cívica. En Mustafa aprovecha para recordar que en el Marruecos sólo se recicla en las grandes ciudades, mientras que en los pueblos nadie lo hace porque no existen las infraestructuras necesarias.

Continuando con su itinerario por la calle Armstrong, la pareja de agentes contactan con una familia que no recicla. “No siempre lo hacemos, pero procuraré hacerlo más a menudo. Mis hijas me lo recuerdan porque lo trabajan en la escuela”, se defiende Margarita Fernández. Además de informar sobre los diferentes tipos de residuos que existen y los diferentes contenedores que se pueden utilizar, también informan sobre los días que se pueden bajar muebles (lunes y jueves de siete a nuevo de la noche) y la conveniencia de depositar la basura a partir de las siete de la tarde.

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