La playa para perros de Mataró. Foto: R. Gallofré
La playa para perros de Mataró. Foto: R. Gallofré

Una cincuentena de perros al día en la playa habilitada de Mataró

El Ayuntamiento hace un balance positivo del primer mes de la playa para perros, sin incidentes ni problemas de convivencia y con un 40 % de usuarios de fuera de la ciudad

La gran novedad del frente marítimo de Mataró este verano ha sido la playa para perros, habilitada en 1.000m2 perimetrados y con control de acceso a la playa de Ponente. Una reivindicación que se arrastraba desde hacía muchos años por parte de los propietarios de mascotas, que topaba con problemas de cariz técnico y con el rechazo que generaba entre parte de la población. El primer mes de funcionamiento de la playa, pero, ha sido muy satisfactorio, con buenos datos de asistencia y prácticamente ningún problema grave de higiene ni de convivencia.

Según destaca Elizabet Ruiz, regidora de Espacios Públicos, Equipamientos y Bienestar Animal, el balance ha sido "muy positivo". La asistencia diaria desde el 20 de julio, cuando se puso en marcha, ha estado de unos 50 perros diarios, mientras que la presencia de personas ha variado muy dependiente de si el animal iba acompañado tan solo del amo o bien de toda la familia. En todo caso, el aforo máximo debido a las medidas anti-Covid era de 60 personas y solo se ha tenido que limitar la entrada en cinco momentos puntuales durante estos más de 30 días en funcionamiento.

Uno de los hechos más destacados es que el 40 % de los asistentes a la playa con sus perros han estado de fuera de Mataró. Italianos, franceses, madrileños, aragoneses... Algo que ha sorprendido los responsables municipales. "Queremos que la playa sea un atractivo turístico a Mataró" afirma Ruiz, que posicione la ciudad como "dog-friendly", pero la regidora reconoce que no se esperaban todavía "una respuesta así" por parte de los visitantes.

Los problemas que se han detectado durante este primer mes de funcionamiento han sido muy menores. Las únicas quejas de los usuarios recogidas por los técnicos desplegados por el Ayuntamiento (que además de controlar el acceso han hecho tareas de información y asesoramiento) han estado por la carencia de una fuente y de una valla de protección entre la zona de la playa y del paseo, además de las rocas. Más allá de esto, no ha habido problemas de civismo. "La ciudadana se ha comportado de manera ejemplar y la convivencia ha sido muy buena; de hecho están yendo muchos bañistas que no tienen perro pero que están cómodas", explica la regidora de Bienestar Animal.

La playa, perimetrada, y con balizamiento de separación al agua, cuenta con controles periódicos de calidad tanto del agua cómo de la arena, que hasta ahora han dado resultados muy positivos. A banda cuenta con un servicio de limpieza específico. Los perros tienen que estar censados y con chip para poder entrar y tienen que ir acompañados de una persona mayor de 14 años y podrán ir desatados, excepto los potencialmente peligrosos que, además, tienen que llevar bozal e ir ligados.

De cara a la próxima temporada, el Ayuntamiento espera poder convencer alguna entidad animalista porque colabore en la gestión de la playa, con la posibilidad que esta pueda obtener beneficios a través de la gestión de una guingueta o bar de playa. De este modo también se podría rebajar el coste económico que supone para el Ayuntamiento los controles de acceso, limpieza y mantenimiento de las instalaciones.

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