Capgròs
Ayer se cerraron la Fiesta Mayor de Santo Domènech, con un raguitzell de actas de todo tipos, un claro ejemplo de la filosofía que ha impregnado este año las fiestas de Argentona que se han celebrado desde el pasado 2 de agosto.
Por la mañana el Torneo de Domino y el Encuentro de Monopatins de Montaña dieron el toque deportivo a la fiesta. Los Diablos de Argentona llenaron de fuego, explosiones y pòlvora la Plaza Nueva con la ya tradicional Repicatronada, que se basa al hacer estallar miles de petardos de forma simultánea. Por la tarde fue el turno de las Sardanas a cargo de la copla sardanista Pirineu, en un entorno, el Huerto del Rector del Centro Parroquial, que demostró ser idóneo por este tipo de actas no masivos pero sí con la voluntad de ser espacios de encuentro y bailada tranquila.
Ya con la llegada del atardecer la música en directo se cerró con un concierto de alta calidad de músicas del mundo, con los místicos Tun Maharash y Kanahaya-Lal Mishra, un trío indio, y los marxosos y neofolks Las Bantinses, originarios del Quebec canadiense. El campo de fútbol del Centro Parroquial se llenó de sillas, en un espectáculo con una asistencia masiva que siguió con entusiasmo unos ritmos y melodías originales. Uno de los mejores conciertos de toda la fiesta mayor.
Clausura original de la Feria del Cántaro
Al atardecer llegó la hora de la conclusión de la Feria, que se basó en dos actos complementarios. El primero fue la tradicional Pisada de Barro, en la que todas las obras de barro elaboradas durante los cuatro días de talleres y demostraciones fueron pisadas por todos aquellos que lo querían, básicamente niños y niñas.
Un golpe acabado el concierto de músicas del mundo, fue el momento del videoart y la música electrónica. El último acto de la Feria fue un nuevo acto en la que las tendencias más actuales se combinavenn con la tradición de la cerámica y el barro. La terraza de Jaume Fontané fue el espacio escoger por acolliruna sesión gratuita de música electrónica y creación sonora en directo a cargo del artista Raul Sala, en la que el dúo de videoartistes VistaCansada proyectaban en directo a las paredes de la Iglesia Parroquial docenas de clips de vídeo grabados durante los días de la Feria del Cántaro y posteriormente postproduïts por la ocasión.
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La Feria del Cántaro también gasta los últimos cartuchos
Durante el sábado al atardecer el recinto ferial acogió música y performance cerámica. Primero fue el concurrido concierto de ocarinas de barro de los mallorquines Octava Musical que dejaron sorprendidos por su versatilidad y ya pasadas las diez de la noche fue el momento de la cocida al aire libre de un "árbol de fuego" a cargo del artista de origen hindi Wali Hawes, que concentró más de mil espectadores a la Plaza de la Iglesia, que contemplaron este espectáculo de una belleza excepcional.
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