M.Cuello

Sant Cebrià de Vallalta adorna la iglesia con barquillos y cerezas

Esta tradición, perdida desde finales del siglo XIX, se original del siglo XVI

Desde hace unos días la vuelta del altar mayor de la iglesia parroquial de Sant Cebrià de Vallalta está adornada con barquillos y cerezas confitadas. Esta tradición, según el Centro de Estudios de Santo Cebrià (CESC) ha podido documentar en los libros parroquiales, fecha del siglo XVI, aunque se perdió a finales del siglo XIX. Parece ser que este tipo de decoración, aparte de la iglesia de Santo Cebrià, también se hacía a otras localidades catalanas, valencianas y baleares.

Lo adorno consistía al colgar de una cinta de ropa, más o menos bonita según el momento económico que vivía la comunidad parroquial, centenares de barquillos sin enrollar, es decir, como si fueran hostias de grandes dimensiones. La situación económica de la villa también se podía deducir si los barquillos estaban acompañados por frutos confitados o tintadas de colores diferentes.

CESC y el rector del pueblo, padre Alfons Torrus, este golpe han querido recuperar esta tradición tal y cómo se hacía cuando el pueblo tenía bonanza económica. Los barquillos han sido realizadas de forma artesana por la Casa Graupera de Mataró, es decir, sin azúcar, puesto que al siglo XVI todavía no se usaba y sin ningún tipo de maquinaria. Además, también se han colgado cerezas verdes y rojas confitadas.

Este original adorno fue colocado a la vuelta de la otra mayor de la iglesia de Santo Cebrià la semana pasada, aunque Antiguamente se hacía el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y se sacará después de reyes. Entonces también se seguirá la vieja tradición, puesto que antiguamente por la tarde de reyes los niños del pueblo se comían los barquillos que habían sido colgadas durante las fiestas. Este golpe, pero, serán barquillos embalsados. En cuestión de higiene si hemos avanzado.

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